La lluvia, por segundo día consecutivo, quiso ser testigo en Mugello del regreso a la pista de Sete Gibernau al manillar de una Ducati de MotoGP. Todo el agua caída durante la noche anterior condicionó el estado del asfalto y no fue hasta por la tarde cuando el ex piloto pudo rodar a gusto durante una veintena de vueltas. Fue poco, menos de lo que hubiera deseado, pero suficiente para que bajara un segundo su tiempo del día anterior y se quedara en 1:52.6. Ese registro ya es sólo dos décimas más lento que el ritmo ofrecido por Marco Melandri durante el pasado GP de Italia. Vista la mala temporada del italiano, puede sonar a poco equipararle con él, pero es mucho porque, en la jornada que falta, y en la que por fin se espera buen tiempo, seguro que le supera.

El dos veces subcampeón del mundo de MotoGP volvió a rodar con la Desmosedici GP9, la de fibra de carbono, y en la de hoy está programado que lo haga también con la GP8. Será una jornada crucial, en la que el nieto de don Paco Bultó intentará atacar al crono para, a continuación, tomar la decisión definitiva de volver a la competición o seguir retirado como en el último año y medio.