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El destino le tenía reservada la suerte de los campeones

Fórmula 1 | Robert Kubica

El destino le tenía reservada la suerte de los campeones

Del accidente al triunfo en un año

Se agarraba al volante de su BMW mientras el destino jugaba con su suerte. Lo mejor de los milagros es que existen. Robert Kubica volaba de un muro a otro del circuito Gilles Villeneuve de Canadá, mientras el mundo abría los ojos en un silencio de temor. Cuentan que recibió la ayuda de Juan Pablo II desde el cielo, otros sostienen que su salvación fue el HANS. De una u otra manera, aquel 10 de junio de 2007, Robert se escondió ante la visita de la muerte y salió ileso. Casi un año después, en ese mismo lugar, logró ayer su primera victoria en la F-1 y se convierte en líder del Mundial. "Ha sido fantástico ganar en el sitio donde el año pasado sufrí el accidente y además cubrir el objetivo de este año, que era vencer en un gran premio. Ya lo hemos hecho y ahora soy líder, espero que el equipo me ayude a conservarlo hasta la última carrera. Es un gran día para BMW y para Polonia", dijo tras la carrera.

El piloto nació el 7 de diciembre de 1984 en Cracovia y antes de llegar a ser el primer polaco de la F-1 ganó casi todo en kárting siendo un niño. Con diez años su padre le compró un kart y se llevó seis títulos en tres años en su país, después se marchó a Italia donde dominó el Campeonato Internacional de kárting, más tarde ganaría la Monaco Kart Cup, en dos ocasiones, y el Trofeo Margutti. Compitió en la Fórmula Renault italiana y en la F-3 Euroseries, hasta que en 2005 llegó su gran éxito internacional, el título en las World Series. Ese año la FIA no le dejó ser tercer piloto de Minardi por... inexperto. Pero probó el Renault de su amigo Alonso, el mismo que le ha definido como el mejor piloto de la actualidad.

En 2006 entró en BMW y sorprendía los viernes, hasta que sustituyó a Villeneuve en Hungría. Fue séptimo, pero acabó descalificado por el menor peso de su coche. En su tercera carrera, GP de Italia, subió al podio. El de 2007 no fue su mejor año con dificultades de adaptación a los Bridgestone, pero esta temporada lleva ya cuatro podios, una pole y una victoria, en el mismo lugar donde una vez imaginó otro destino enganchado a la vida.

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