El Renault R28 salió de entre la niebla, balbuceó sus primeros rugidos y comenzó a rodar con la única luz de los flashes de los fotógrafos. Lo hizo con retraso, dos horas y veinticinco minutos más tarde de lo previsto, y corrió lo suficiente y sin averías como para ilusionar a Fernando Alonso. Esta vez el piloto no pronunció la famosa frase: "Éste puede ser un coche campeón". Aquélla que dijo en 2005 y 2006. Pero sí que terminó satisfecho, tal y como confesaban desde su entorno: "Fernando está contento, el monoplaza va bien, pero no tiene elementos de comparación respecto a los demás. Mejora al R27, eso está claro".
Es decir, el bicampeón repite las sensaciones de su debut con McLaren en 2007 y espera a la jornada de hoy, en la que rodará frente a Raikkonen y Hamilton, para hacerse una verdadera idea de dónde están respecto a los demás.
Ayer sólo rodó con el debutante probador de Williams, Hulkenberg. Llevaba el nuevo FW30. Pero a pocos les interesó. En esta primera jornada tenían que haber probado también los dos Toyota, pero Glock y Kobayashi llegaron tarde porque la niebla obligó a interrumpir los vuelos a Manises. Ni siquiera tenían coches sobre los que rodar. Esta molesta inclemencia meteorológica perjudicó las condiciones de adherencia sobre la pista. Justo después de la comida y antes de volver a subirse al monoplaza a las dos de la tarde, Fernando se quejaba del estado de los arcenes: "Están mojados, y no puedo arriesgar mucho porque éste es el único coche disponible". El flamante chasis número uno terminó de ensamblarse hace sólo unos días y no hay repuestos suficientes como para permitirse una salida de pista.
Así las cosas, el piloto del coche número cinco apretó el ritmo por la tarde hasta completar 39 vueltas, un total de 131 kilómetros, 69 por debajo de lo previsto inicialmente. Habrá que trabajar más en los dos días que quedan, si el tiempo lo permite. Lo más positivo de esta primera jornada fue, al margen de la ausencia de averías, el hecho de haber sido más veloz que los BMW en su debut de la pasada semana.
Robert Kubica rodó entonces en 1:13.3, mientras que Fernando lo hizo en casi tres décimas menos (1:13.027), y cerca del mejor tiempo del coche alemán (1:12.6), tras tres largos días de pruebas. Con Alonso al volante y las ganancias del nuevo monoplaza (mucho más adherente en el tren delantero), están ya como mínimo a la altura de un coche que no vieron ni en pintura en 2007. Ahora falta saber si serán capaces de dar el siguiente salto, el más difícil: luchar con los grandes. De momento, el R28 es constante en su rendimiento (rueda fácil en 1:13 bajo con poca goma sobre la pista) y Fernando logró su mejor registro al final del día y con unos neumáticos que tenían 39 vueltas.
Alonso sólo habló a través de un comunicado de su escudería y a una tele italiana le dijo: "¿El coche? Naranja y blanco". Un total de 6.500 personas desafiaron al tiempo desapacible y hoy, festivo en Valencia, se espera que la cifra se acerque a las veinte mil. En la mente del asturiano está el 1:11.2 que marcó el año pasado con control de tracción. Al final de estos tres días es probable que se logre algún registro de 1:12.0 en una pista donde se nota mucho la falta de ayudas. Su cara es la de un buen comienzo.
