Las consecuencias del último Mundial aún perduran en McLaren Mercedes. La sanción económica de la FIA por espionaje a Ferrari acompañada de la pérdida de los puntos en constructores, la imagen de desorganización interna que tuvo la guinda regalándole el título a Raikkonen y la salida por la puerta de atrás de Fernando Alonso han colocado al equipo británico en una difícil situación. Antes de volver a causar admiración entre los aficionados deben recuperar el respeto. Y la mejor manera ha sido realizar una presentación más modesta de lo habitual y en la casa de su gran socio, Mercedes Benz, al que sin duda ha perjudicado todo el escándalo del espionaje industrial.

El museo que la marca alemana tiene en Stuttgart fue el escenario elegido para enseñar el nuevo MP4/23, a más de 1.000 kilómetros de su base de Woking y con la presencia de los medios de comunicación, invitados y cerca de 700 empleados de la empresa de la estrella plateada de tres puntas. Eso sí, como buenos alemanes, al término de su jornada laboral.

En el acto de presentación Ron Dennis dejó claros sus objetivos: "Cada miembro del equipo ha trabajado muy duro para poner el MP4/23 en pista. La meta final es luchar por el Mundial de pilotos y el de constructores. El objetivo para 2008 es ganar los dos títulos".

Y Martin Whitmarsh, jefe de operaciones, ahondó en su consabido discurso: "El año pasado los dos pilotos tuvieron el mismo trato y ahora sucederá lo mismo. Queremos ganar y no tenemos un piloto favorito. Ambos tendrán el mismo material y las mismas condiciones de trabajo. Es un coche más rápido que el anterior y está creado para ganar".

Además de los dos mencionados, también acudieron los grandes dirigentes de ambas marcas, encabezados por Dieter Zetsche, presidente de Daimler (propietaria de Mercedes). Junto a ellos, los pilotos titulares: Hamilton y Kovalainen; y los probadores: De la Rosa y Paffett.

El MP4/23, que tiene mayor distancia entre ejes que su antecesor como novedad estética significativa, llevaba el dorsal 23 adherido al frontal en referencia al modelo de este año y, de paso, fue un guiño a Hamilton. El británico cumplía ayer 23 años y usaron el número que portará Heikki en el Mundial para la presentación del coche.

El debut será mañana en el circuito de Jerez con el finlandés y De la Rosa al volante, en una prueba privada. El jueves será el turno de Lewis que se subirá sabiendo las sensaciones de sus compañeros. La era post Alonso ya ha comenzado.