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Una historia plagada de graves incidentes

Raids | Dakar 2008

Una historia plagada de graves incidentes

El Dakar se ha convertido en una prueba de gran seguimiento mediático, una circunstancia que han querido aprovechar grupos políticos, militares e incluso terroristas para hacer llegar hasta Europa sus reivindicaciones. Pero hasta ayer no habían logrado doblegar a los organizadores.

No hay nada en África. Sólo el Dakar. La carrera francesa es el único evento deportivo de celebración regular (al margen de acontecimientos esporádicos) de trascendencia que tiene lugar en el continente al sur de Europa. Y ésa es la razón por la que grupos de diversa índole lo han utilizado a lo largo de sus treinta años de historia como altavoz universal para dar a conocer sus reivindicaciones e inquietudes, a menudo de manera violenta.

En los últimos tiempos el terrorismo islamista radical, con Al Qaeda al frente, es el desgraciado protagonista de la carrera, pero otros como el Grupo Islámico Argelino (GIA), algunos rebeldes tuaregs o el Frente Polisario han amenazado la carrera. Precisamente estos riesgos hacen del Dakar la versión deportiva del periodismo de guerra, ya que no en vano seis periodistas han muerto cubriendo la información de la prueba.

Pero, precisamente por esta presencia permanente de amenazas de toda índole, los organizadores de la gran carrera africana han aprendido a gestionar y manejas estas crisis con bastante acierto. Contando con la colaboración de las autoridades de los países que atraviesa la carrera, ASO ha dado numerosas muestras de su capacidad logística y de improvisación para superar los inconvenientes surgidos a lo largo del tiempo.

Una circunstancia que evidencia de forma clara la gravedad de las amenazas contra la prueba en este 2008, puesto que de otro modo ASO hubiera intentado por todos los medios seguir adelante hasta el Lago Rosa.

2005. El Frente Polisario entra en escena

Las amenazas del Frente Polisario contra el Dakar han sido frecuentes desde 2005, pero finalmente siempre consiguieron solucionarse sin mayores conflictos. No obstante, en la última edición otro grupo, vinculado a Al Qaeda, los Salafistas para la Predicación y el Combate, lograron que la organización tuviese que suspender dos etapas en Mali, otro país fuera del Dakar. La única manera de llegar a Senegal es desde Argelia, Níger, Mali o Mauritania, países ya vetados al Dakar.

2000. Cuatro etapas en un puente aéreo

En 1997 se tuvo que modificar el trazado de la sexta especial a causa de los enfrentamientos entre grupos tribales de Níger, país que tampoco ha visitado la competición en los últimos años. Pero la logística más espectacular se produjo en 2000, cuando el Dakar-El Cairo vio anularse cuatro etapas y se estableció un puente aéreo entre Níger y Libia para seguir con la prueba. Una posibilidad que se ha barajado ahora: hacer más etapas en Marruecos y trasladar a la caravana hasta Senegal, aunque finalmente se descartó.

1996. Una mina abandonada le costó la vida a otro piloto

En 1996, la carrera fue el Granada-Dakar. Aquel año, el francés Laurent Gueguen chocó con una mina abandonada en la ruta que une Foum el Hassan y Smara, cerca del muro que divide el Sáhara Occidental de Mauritania. Una mina del ejercito marroquí procedente de la guerra con el Polisario acabó con su vida. Desde entonces, el paso del muro se realiza con medidas de seguridad extremas.

Aquel suceso sirvió para alertar a los organizadores, y también a los pilotos, de un riesgo no menos grave pero incluso más incontrolable: la existencia de explosivos latentes a lo largo del recorrido. Una circunstancia que, pese a todos los esfuerzos de la organización, se ha convertido en compañera inseparable de los participantes, que saben a lo que se enfrentan en las zonas más conflictivas.

1992. Se suspende una etapa en el Chad

En la edición de 1992, el Dakar recibió serias amenazas por parte de los rebeldes del Chad. No querían que la carrera pasase por su país y consiguieron que la organización tuviera que suspender la séptima etapa de aquella edición. Un año después, los integristas argelinos del GIA comunicaron que no dejarían pasar a la competición por su país y desde ese año la prueba no atraviesa Argelia. Comenzaban a sentarse peligrosos antecedentes de extorsión que han tenido continuidad hasta hoy.

1991. Un camionero galo muere de un disparo

En 1991, Charles Cabannes, piloto francés de un camión de asistencia, fue asesinado por un disparo en Mali. Su muerte tuvo lugar dentro del conflicto entre el ejército de aquel país y los rebeldes tuaregs. Se neutralizaron las dos etapas siguientes en señal de duelo y de precaución para evitar males mayores. La tragedia se quiso enmarcar en el contexto de un simple accidente, pero lo cierto es que fue la primera muestra clara de los riesgos a los que se enfrentaban los participantes al atravesar zonas en conflicto militar.

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