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Vuelve un binomio sinónimo de victoria

Fórmula 1 | El bicampeón en Renault

Vuelve un binomio sinónimo de victoria

Las cuatro temporadas de Alonso en Renault fueron memorables. Quince victorias, 37 podios y cuatro títulos mundiales, dos de pilotos y dos de constructores, así lo demuestran. En 2008 regresa un tándem triunfador

El equipo que le ha dado tanto a la carrera de Fernando Alonso como ha recibido del asturiano, da la bienvenida a su piloto añorado para conformar, de nuevo, un matrimonio bien avenido. La relación entre Renault y el bicampeón se inició en 2001. Alonso había sorprendido a los ojeadores de la F-1 tras una gran temporada en la Fórmula 3000 con el equipo Astromega.

Minardi lo fichó pero Flavio Briatore, hábil como pocos en la búsqueda de talentos, se fija en él y compra su contrato permitiendo, eso sí, que corra para la escudería de Paul Stoddart. Con un auténtico hierro realizó actuaciones memorables, arrasando a sus compañeros de equipo. Al año siguiente, Flavio decide que no compita en la F-1 y se dedique a ser probador.

Así llega su primera temporada como titular de Renault, en 2003. Con 21 años y un talento descomunal puntúa en su debut, en Australia (séptimo). En la segunda carrera, en Malaisia, logra la pole y, enfermo y con fiebre, su primer podio (tercero). Empieza la Alonsomania, que tiene su primer punto álgido al ser segundo en España y ponerse tercero en la tabla tras Raikkonen y Michael Schumacher. Después llegó la eclosión y la entrada en la historia, cuando se llevó la primera victoria en el GP de Hungría. Ese año vuelve a arrasar a su colega de box, Jarno Trulli, y tan sólo los dos Ferrari, los dos BMW y el McLaren de Kimi le derrotan en la general final. El siguiente Mundial supone el asentamiento de Alonso y, aunque no suma victorias, acaba cuarto con cuatro podios y doce carreras en los puntos. Ferrari no tiene rival y Renault, gracias al trabajo de Fernando, finaliza tercero en constructores.

Comienza la época de máximo esplendor. En 2005, un joven aún de 23 años, escribe las páginas más gloriosas del automovilismo español y emula a esos grandes mitos que los aficionados siempre relacionaban con pilotos alemanes, italianos o británicos. Fernando gana siete carreras, hace quince podios, seis poles y se lleva el título por delante de Raikkonen.

En 2006 sigue su dominio, logrando el bicampeonato. Ese Mundial ve siete triunfos y siete segundas plazas del ovetense. Y lo que es más importante, tras un épico duelo derrota al gran mito, al piloto imbatible, al hombre de los récords en la F-1, a Michael Schumacher, sin excusas y en su despedida. Con un coche que durante muchos momentos era inferior. El nombre de Alonso se inscribe en la leyenda. Y con él, el de Renault. El futuro entre ambos quizá aguarde muchos momentos mágicos. La vuelta al origen predispone a soñar. Las pesadillas de 2007, en McLaren, se quedan ahora para sus rivales.

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