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Fórmula 1 | El número del bicampeón

Alonso entrelaza su futuro con la historia de la F-1

Los dorsales en los monoplazas de la máxima competición automovilística sirven para identificar a los pilotos, pero los antecedentes explican que el número del frontal también puede influir en los resultados. La decisión sobre el futuro del asturiano puede determinar sus éxitos

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Cuanto más inconcebibles, trascendentes, simétricas y asombrosas son las casualidades, más disfrutamos con ellas. Sugieren una forma de control, una suerte dirigida por un ser superior que interviene para dar sentido a las cosas. Algunos creen que ya están escritas antes de que sucedan y lo llaman destino, otros azar o suerte y hay quienes piensan que simplemente es superstición. Hablando de un deporte que, por ejemplo, tiene desterrado el número trece, símbolo de mala suerte y desgracia en muchas culturas, la F-1 aglutina todos esos pensamientos. Por eso los dorsales tienen también su influencia.

Desde 1974, año en el que los pilotos portan el mismo número a lo largo de la temporada, se han celebrado 34 campeonatos. Quince pilotos distintos han sido campeones pero con tan sólo nueve dorsales diferentes. Nueve veces resultó vencedor el monoplaza número uno, ocho el que portaba el cinco, tres veces el dos, el seis y el once, y en dos ocasiones el tres, el ocho, el doce y el 27.

Esta escasa lista afecta muy de cerca a Fernando Alonso. El asturiano ya fue campeón con el cinco en su primer título en 2005 y repitió campeonato, la temporada siguiente, esta vez con el uno ya adosado a su Renault. Tras su tempestuosa temporada en McLaren Mercedes su futuro se presenta incierto, pero un rápido recorrido a los posibles destinos del asturiano hace albergar muchas esperanzas si nos fijamos en la leyenda de los dorsales.

De los nueve números que han sido campeones hay dos que no podrá llevar Alonso. Se trata del uno, que portará el campeón Kimi Raikkonen, y el 27 que actualmente no se usa.

Si nos fijamos en el resto empiezan las casualidades. Si Fernando fichara por Renault recuperaría su número mágico, el cinco, y como mal menor si su compañero, ya fuera Fisichella, Kovalainen o Nelsinho Piquet lo eligiera previamente, llevaría el seis. En caso de que la opción fuera un hipotético trueque con Heidfeld para recalar en BMW heredaría su dorsal, es decir, el tres. Si acabara aceptando la multimillonaria oferta de Toyota sus opciones serían el once o si Trulli no aceptara ser el segundo piloto del plantel, el doce.

Todo esto si McLaren y el español rescinden su contrato. De no ser así, Alonso llevaría un número que no ha sido campeón nunca, pero cuya trascendencia en otros deportes está más que demostrada, el 23. Michael Jordan o David Beckham pueden atestiguarlo.