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Hamilton se pone nervioso

Yo digo | David Alonso

Hamilton se pone nervioso

A falta de espectáculo, la última carrera del Mundial, en Spa, brindó dos lecciones interesantes. La primera se la dio Ferrari a McLaren. Eufóricos por el regalo del título de escuderías y enrabietados por la profunda herida que sus rivales le abrieron en Monza, los bólidos rojos ofrecieron un monólogo incontestable. La segunda lección se la dio Alonso a su compañero. El campeón conoce el antídoto contra el veneno de la presión extrema, algo que el británico aún no ha descubierto. Su frialdad es asombrosa. Mientras caen bombas a su alrededor, él mantiene la precisión del mejor cirujano. Ahora debe aislarse de las feroces e injustas ofensas desde Alemania e Inglaterra, basadas en filtraciones interesadas, que sólo confirman el fin de la relación.

De las últimas seis carreras, Fernando ha quedado por delante de Hamilton en cinco. Todas salvo Hungría, en la que más de la mitad de la victoria fue de los comisarios que le arrebataron la pole y se la entregaron a Lewis. En Spa, Alonso llegó a rodar hasta siete décimas más rápido que El Protegido, ¡con treinta kilos más de combustible! A pesar de llevar neumáticos nuevos el dato resulta demoledor. El líder se está poniendo nervioso al oír los pasos del cazador cada vez más cerca. Sus quejas por la agresividad del campeón en la salida reflejan impotencia ¿Acaso pretendía que le dejara pasar? La carrera puso a cada uno en su sitio. El inglés fue incapaz de seguir a su rival, se salió un par de veces y entró en la meta a más de nueve segundos. La remontada continúa... si nos dejan.

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