Estas leyendo

El calor de Montmeló jugó a favor de Alonso

Fórmula 1 | GP de España

El calor de Montmeló jugó a favor de Alonso

El calor de Montmeló jugó a favor de Alonso

flavio mazzi

Los diez grados de más en el circuito respecto a los test de la semana pasada perjudicaron a Ferrari, y el bicampeón fue primero, su mejor resultado en unos entrenamientos libres desde Mónaco 2005

Subió la temperatura y con ella se incrementaron los sueños de victoria de 67.000 espectadores. Los diez grados de más que ayer registró el termómetro respecto a las pruebas privadas de la semana pasada afectaron a los Ferrari. Perdidos en el cambio de reglajes de los monoplazas, sucumbieron ante Alonso y Hamilton. El asturiano voló más que en ningún viernes anterior desde el GP de Mónaco de 2005. No era primero en una jornada de entrenamientos libres desde entonces. Pudo confirmar, además, que los neumáticos blandos son los mejores para la carrera y se marcó algunas tandas muy interesantes, entre 1:21.9 y 1:22.5.

El mejor de los monoplazas rojos, el de Massa, terminó el día quinto y a siete décimas del número uno. En la escudería de Maranello piensan que su gran rival quitó peso para ensayar la calificación y marcar su mejor tiempo. Ni siquiera la presencia del talismán Michael Schumacher en el circuito (su regreso a un gran premio desde su despedida en Brasil) sirvió para mejorar la situación. Tampoco los cambios en los reglajes que realizaron a lo largo del día. Al final de la jornada Kimi explicó que el camino emprendido la semana pasada en las pruebas se había mostrado completamente erróneo para temperaturas más altas. Todo lo contrario que en McLaren, impresionados con las prestaciones del bicampeón que, por cierto, le endosó a Hamilton casi medio segundo.

En las gradas se igualó el récord de asistencia del año pasado, 67.000 espectadores. El ambiente fue distinto al de otros años, con muchas banderas de Asturias, pero pocos uniformes de plata. Aún no ha cuajado entre los aficionados la vestimenta de McLaren Mercedes. Ante los asombrados ojos de los fans ("¡ahí viene, ahí viene!"), Fernando se pegó varias excursiones en la primera tanda de libres. Y después, tan tranquilo, a 300 km/h, las veía en las repeticiones de las pantallas gigantes. El asturiano bromeaba al respecto: "Es increíble, todo el mundo comete errores, pero a mí me tienen fichado y lo veo siempre de nuevo en la siguiente vuelta".

En Montmeló se respiró buen ambiente, con los mecánicos de McLaren y Alonso castigando al culé De la Rosa por el 4-0 del Getafe al Barça, la reaparición de Sete Gibernau, el estreno del motorhome para prensa de Ferrari (siete camiones se necesitan para formarlo, tiene diez metros de largo, once de ancho y 14 de profundidad, 35 toneladas de aluminio y 28 pantallas) y la permanente euforia del arranque de la temporada europea.

Justo lo opuesto a la bronca política que se ha armado con la declaración electoralista de Ecclestone sobre la carrera de Valencia. El magnate británico se fue directo a las cámaras de TV3 para desmentir que hubiera dicho que la presencia de Camps fuera imprescindible para que se disputara la carrera. Por suerte, hoy sólo se hablará de la lucha estratégica por una pole que, desde 2001, siempre ha condicionado la victoria en Barcelona. El precedente de Alonso en aquella carrera de Mónaco 2005 no es optimista. Salió segundo y terminó cuarto, con los neumáticos destrozados. Pero allí estaba solo, aquí tendrá más de 140.000 personas empujándole.

También te puede interesar