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Dos campeones

Fórmula 1 | GP de Brasil

Dos campeones

Dos campeones

Misión cumplida. Parecía un mero trámite pero había que superarlo. Y el GP de Brasil fue un digno colofón a una temporada extraordinaria. Alonso tampoco falló en el momento clave y Schumacher se retiró como el gran campeón que es.

Un gran final. Hemos vivido una temporada de Fórmula 1 apasionante y su conclusión no ha defraudado. Ayer en Interlagos hubo dos grandes campeones en pista, el que se queda y el que se va, y ambos elevaron la categoría de una cita que se presagiaba especial por muchos motivos. Fernando Alonso y Renault cumplieron a la perfección su parte del trabajo, hizo un podio y ya tiene dos títulos mundiales con sólo 25 años. Michael Schumacher no ganó su octava corona, pero deja la competición con la impronta de los nacidos para la gloria, con una carrera épica e inolvidable, que dice más de su calidad deportiva que los errores que haya podido cometer a lo largo de más de tres lustros de grandes premios.

Enorme expectación. De las calles de Oviedo a las gradas del Bernabéu (como otros muchos estadios de fútbol), de las barras de bar a los cálidos hogares en una tarde lluviosa o atentos a la radio del coche en medio del atasco, media España (por no decir que entera) estuvo pendiente de la carrera brasileña. Presiento (lo confirmarán las audiencias) que la expectación ha sido incluso mayor que el año pasado cuando estaba en juego el primer título, entre otras cosas porque ahora la apuesta era a una carta y el rival, el mejor de los imaginables. Y desde luego que no podemos sentirnos defraudados tanto con el propio espectáculo como con su desenlace...

Gracias, Michael. Se nos va el Kaiser y lo ha hecho dejándonos un regalo digno de su talento. Que rodó como un avión durante toda la carrera lo dicen sus tiempos, pero yo me quedo con su pundonor, con su entrega y con su valentía en un momento en el que ya era evidente que tenía poco que ganar y sí mucho que perder. Se olvidó de que en casa le esperaban, ya por última vez, su mujer y sus hijos para disfrutar de una jubilación dorada, y lo dio todo por demostrar al mundo que se va porque quiere, no porque no siga teniendo sitio entre los mejores.

Siempre Fernando. Una de las cosas que hizo Michael en su despedida fue pasar en dos ocasiones a varios pilotos, uno de ellos a Giancarlo Fisichella. Me decepcionó de nuevo el italiano, que ni con un supermotor fue capaz de superar a su compañero, ni siquiera de ayudarle en un gran premio tan decisivo. No diría que Renault ha ganado el título de constructores gracias sólo al español... pero casi.

Y vendrán más... Con dos títulos en el zurrón empieza Alonso una nueva etapa, en la que debe enderezar el rumbo que ha perdido McLaren para seguir sumando éxitos que consoliden su leyenda. Mientras ese desafío llega, disfrutemos del momento, de saber que el mejor piloto del planeta es uno de los nuestros, aunque a algunos no siempre les guste lo que dice o cómo lo dice. Gracias, Fernando.

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