Lentamente se quitó el casco, los tapones de los oídos y después el verdugo. Un instante después, Fernando Alonso gritó de rabia y alegría. Interlagos, 25 de septiembre de 2005. En el box de su escudería Patrick Faure, presidente de Renault F-1, era feliz. Por primera vez un piloto con un monoplaza Renault lograba el título. Cuando la fiesta terminó y la alegría dejó paso a la reflexión todos en la escudería, desde el último mecánico a Briatore y Faure para terminar en Alonso, empezaron a pensar en lograr el siguiente objetivo: el campeonato de constructores.

Renault nunca ha obtenido el título de marcas aunque sí lo ha hecho como proveedor de motores, la última vez en 1997 con Williams y Jacques Villeneuve. Desde el año 2002, Renault funciona como escudería independiente y la progresión ha sido constante. En 2002 y 2003 fueron cuartos y el pasado año, terceros tras Ferrari y BAR Honda, pero delante de Williams y McLaren. Precisamente la escudería que dirige Ron Dennis lidera ahora la clasificación con dos puntos de ventaja sobre Renault. Los de Briatore han sido primeros toda la temporada hasta el GP de Brasil.

La empresa no es fácil. McLaren es un gigante de la especialidad que ha ganado ocho títulos de marcas, tercero histórico tras los nueve de Williams y los catorce de Ferrari. La puntuación para el campeonato de marcas se obtiene de la suma de los resultados de los dos pilotos en cada carrera. La pareja Raikkonen-Montoya tiene el coche más veloz pero a partir de ahora Alonso puede arriesgar más, y su compañero Fisichella debe revelarse como el apoyo que hasta el momento no ha sido. Quedan dos carreras y la fiabilidad del monoplaza y el talento de Alonso son las herramientas de que dispone la marca del rombo. Incluso McLaren podría ganar el título ya en Japón si hacen primero y segundo y Renault logra sólo dos puntos, o primero y tercero sin Renault en los puntos.

Si los franceses no consiguieran el título de constructores, de una importancia vital para las fábricas, sería la primera vez que no coincide el coche ganador con el mejor piloto desde que en 1999 Mika Hakkinen venciera en pilotos con un McLaren y Ferrari fuese primera en escuderías. Sólo si ganase en equipos, Renault podría decir que su magnífico R25 es el mejor monoplaza.