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Alonso, el campeón del mundo más joven de la historia

Fórmula 1 | GP Brasil

Alonso, el campeón del mundo más joven de la historia

Alonso, el campeón del mundo más joven de la historia

AP

Alonso acaba tercero en un carrera ganada por Juan Pablo Montoya y en la que Kimi Raikkonen logra el segundo puesto.

El asturiano Fernando Alonso (Renault) ha hecho historia para España al convertirse en el primer piloto de este país y en el más joven de la historia en ganar el Mundial de Fórmula Uno, tras acabar tercero en el Gran Premio de Brasil, que ganó el colombiano Juan Pablo Montoya (McLaren).

Montoya, que ya ganó en Sao Paulo hace un año, logró la séptima victoria de su carrera y la tercera para su actual escudería, por delante de su compañero finlandés Kimi Raikkonen, que debía sacarle cinco puntos a Alonso, para aplazar el festejo español y que, como sólo le colocó dos, se tendrá que conformar con ser segundo en el Mundial más importante de la historia de Asturias y de España.

Fernando sustituye en el historial de la competición al alemán Michael Schumacher (Ferrari), el más grande de todos los tiempos, siete veces campeón del mundo y que se tuvo que conformar con la cuarta plaza en Interlagos.

Alonso firmó una estupenda salida, en la que el brasileño Antonio Pizzonia (Williams-BMW) y David Coulthard (Red Bull) se tocaron, quedando fuera de combate y provocando la entrada del 'safety car', que giró una vuelta y frenó la posible 'espantada' de Alonso.

Tras retirarse el coche de seguridad, Fernando sufrió el esperado ataque del colombiano Juan Pablo Montoya y, como también era previsible, el calculador piloto asturiano, no opuso resistencia. Su guerra era otra y el bogotano, que iba marcando vueltas rápidas se colocaba claramente en cabeza.

Vuelta rápida

En la sexta vuelta, en la que Alonso marcó la vuelta rápida provisional, Montoya -que volvió a marcarla en las siguientes- le llevaba 2,8 segundos, con Kimi en tercera posición, a 3,7 y Fisichella a 6,1, cuarto.

Alonso marcó una nueva vuelta rápida en la 17, cuando rodaba a casi segundos de Montoya, pero con Raikkonen, más cargado, tres segundos por detrás, con Fisico a diez segundos de la cabeza y con Schumacher. Giró de nuevo el más rápido en la 21, justo antes de su primera entrada en boxes, en la que cargó 67 litros en 8,1 segundos y retornó a pista en sexta posición.

Acto seguido paró Fisichella y Fernando entabló batalla con Button, que le dejó vía libre al entrar en el garaje. Cuando también lo hizo "Schumi", Alonso rodaba tercero, por detrás de los McLaren, que aún no habían parado. Montoya lo hizo tras la 28 (8,2 segundos para 68 litros) y cedió el liderato a Kimi, que inmediatamente marcó vuelta rápida, antes de que el bogotano retornara a pista segundo, por delante del genio astur, que rodaba en plaza de título mundial.

Raikkonen paró en la 31, cargó 90 litros en diez segundos y Montoya recuperó el primer puesto. A Alonso en ese momento le hubiese valido la quinta plaza. En el ecuador de la carrera, el colombiano lideraba con 2,1 segundos sobre Kimi y 4,8 respecto al de Oviedo, con "Schumi" cuarto, a 27,9; Fisichella, quinto, a medio minuto y el japonés Takuma Sato (BAR), sexto a 41,4.

Segunda parada

El nuevo campeón del mundo paró -7,6 segundos-, por segunda vez, tras el giro 48, y entró de nuevo en la bacheada pista paulista, a la que se giró en sentido inverso al del reloj, en quinta posición -una vuelta antes de que parara su compañero-. Tras la segunda entrada de Schumacher, en la 54, Alonso era otra vez tercero, con el astro de Kerpen a quince segundos: sólo una tragedia evitaría el título.

Kimi entró por segunda vez en la 59 (5,8) y Montoya -que lo había hecho tras la 55- tomó de nuevo el liderato, que no cedió hasta el final.

Alonso cumplió con el guión, demostró de nuevo su enorme calidad, madurez e inteligencia, al sumar los seis puntos que necesitaba. Le sobraron dos y el genio astur pudo celebrar en el coche, de la misma forma que hiciera el día de su primera victoria, en Hungría, en 2003 -imitando con la mano el gesto de los pajaritos- el título más joven de la historia y el primero para España.

Tras una sensacional remontada en la primera carrera del campeonato, en Australia, cuando, debido a la lluvia que cayó en la calificación, salió el trece y -tras rodar veinte vueltas taponado por Jacques Villeneuve- acabó tercero, Alonso tomó el liderato tras ganar en Malasia, lo reforzó con victoria en Bahrein y se consolidó con un nuevo triunfo en Imola, donde contuvo el ataque de su antecesor en la cima, Schumacher, séptuple campeón mundial de Fórmula Uno. Fue segundo en España y dejó de subir al podio por primera vez en Mónaco, en la sexta carrera del año.

Triunfos decisivos

Su victoria en el Nürburgring alemán (GP de Europa) fue un importante golpe psicológico a Raikkonen, que se caía a 36 puntos. Desde entonces hasta hoy, el finés, con un coche más rápido, pero menos fiable, sólo le recorto once puntos.

Tras un periplo negativo en tierras norteamericanas -chocó con el muro en Canadá, antes del esperpento de Indianápolis, en el que Schumacher ganó una carrera de seis coches debido al problema de los neumáticos Michelin- Fernando logró la primera victoria en 22 años para la Renault en Francia, fue segundo en Silverstone y 'azotó' el Mundial con un nuevo triunfo en Hockenheim, donde Kimi volvió a abandonar.

El finés devolvió el 10-0 en Hungría, donde Ralf se cruzó de nuevo en la vida de Alonso, que sólo pudo ser undécimo en la que era su pista talismán. El calculador piloto asturiano no se inquietó en Turquía, donde fue segundo, detrás de Raikkonen; y repitió esa posición en Monza, donde el finlandés sólo fue cuarto.

La victoria de Kimi en Spa no le sirvió para nada, porque Fernando fue de nuevo segundo; y hoy el nórdico podrá celebrar su segundo puesto -y el liderato en el Mundial de constructores- con un par de 'caipirinhas', pero no estará presente en la fiesta grande, porque esa la celebrará Alonso.

El más joven

Alonso ha hecho historia, no sólo en el deporte del motor, sino en el deporte español en general. A los 24 años, un mes y 27 días justos y tras superar un récord de juventud que Emerson Fittipaldi mantuvo durante 33 años, se ha convertido en pionero, al igual que lo fueron en su día Manolo Santana, en el tenis; Paquito Fernández Ochoa, en el esquí alpino; Angel Nieto, en motociclismo; o Severiano Ballesteros, en golf.

El supercampeón se abrazó a Flavio Briatore, a sus ingenieros y mecánicos, a su padre y a Luis. Después, subió al podio y lanzó un guiño a su tierra, Asturias. Si en España se desató una gran fiesta, en Asturias, el delirio. La sidra corrió a raudales. Y Alonso, desde la distancia, festejó con sus paisanos: escanció el champán en su copa y se lo bebió en honor a un título genial.

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