La asistencia de público a los grandes premios de la Fórmula 1 se está convirtiendo en un grave problema para algunos organizadores de la competición. Lo ocurrido la semana pasada en Monza se va a repetir nuevamente este fin de semana en Spa.

La prensa belga así lo reveló ayer y fuentes cercanas a la organización de la carrera lo corroboraron en el periódico francés 'Le Soir': "Han sido vendidas 45.000 entradas. El año pasado asistieron 57.000 espectadores y serían necesarios 67.000 para poder equilibrar el presupuesto". El ministro-presidente de la Región Valona, Jean-Claude Van Cauwenberghe, manifestó que no se iban a vender las entradas necesarias para no tener pérdidas. Los organizadores esperan que el día de la carrera se vendan unas diez mil más.

Al GP de Bélgica asisten normalmente gran cantidad de aficionados alemanes, pero este año la mala actuación de sus compatriotas ha provocado que la demanda de seguidores teutones haya disminuido con creces. Por el contrario, sí que aumentarán los hinchas españoles, que han acudido en gran número motivados por la posibilidad de celebrar el primer título de Alonso.

Uno de los promotores de la prueba, Didier Defourny, espera con ansia "el retorno de un piloto belga a la F-1. Hace cinco años, 55.000 espectadores acudieron al GP de España. Este año se ha doblado la asistencia gracias al fenómeno Alonso".