Cambian el reglamento para dar más espectáculo y lo único que genera es más temor entre los pilotos. La Fórmula 1 disfruta, por suerte, de un excelente nivel en sus estrellas. Sólo Jordan y Minardi tienen pilotos de pago. Ocho de las diez escuderías cuentan con hombres de primer nivel que han ganado grandes premios.

Sin embargo, en Australia eso no se vio en la pista con hombres atenazados (menos Alonso y Barrichello) por no degradar esos neumáticos que ahora deben durar una carrera. La práctica totalidad de la parrilla, excepto el asturiano ("será igual de difícil"), cree que las reglas complicarán mucho este año los adelantamientos en pista. Hay miedo a la aparición de los llamados planos.

Este bloqueo de las ruedas delanteras (a veces también de las traseras) es tan antiguo como las carreras. Es la consecuencia de arriesgar al límite para rebajar los registros o pasar a un adversario. Pero algo tan nimio puede ser esta temporada decisivo. Una pasada de frenada de este tipo puede convertir un monoplaza tan delicado como los de la F-1 en algo ingobernable.

Dicen los pilotos que entonces el neumático repite periódicamente en el mismo sitio ese patinazo, con la pérdida de tiempo por vuelta que conlleva, además de vibraciones. Hay que cambiar la goma, pero este año eso supone arruinar una carrera. La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) permite una parada extra por seguridad, pero sin echar gasolina. Es decir, en función del circuito, unos 30 segundos de pérdida. Todo un despropósito que convierte los grandes premios casi en una prueba de resistencia. Esperemos que los pilotos se quiten con las carreras algunas de sus prevenciones.

La calificación fracasó.

El nuevo sistema de calificación también es un dislate, sobre todo por tener la segunda tanda el domingo. De esta forma, la repercusión mediática de la pole definitiva es nula al producirse a sólo unas horas de la carrera. En Albert Park, con los tres primeros puestos definidos desde el sábado por culpa de la lluvia, fue bochornoso ver a Fisichella, Trulli y Webber no tener nada que decir el domingo. Lo único bueno es que ahora la precalificación, a diferencia de 2004, sí que sirve gracias a la suma de tiempos.