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José Manuel Pérez se dejó la vida en el desierto

Raids | Dakar 2005

José Manuel Pérez se dejó la vida en el desierto

José Manuel Pérez se dejó la vida en el desierto

PACO UCLÉS

El motorista ilicitano de 41 años no pudo recuperarse del gravísimo accidente que sufrió en la séptima etapa y falleció en la madrugada del lunes, pocos minutos después de ingresar en el Hospital General de Alicante

Se llamaba José Manuel Pérez y ya no volverá a montar en moto. 'El Carni' murió ayer en Alicante, pero se dejó la vida en el Dakar. Murió haciendo lo que más le gustaba, pero él no quería morir. Fue camino a Tichit, un lugar olvidado repleto de polvo y suciedad donde las moscas juegan con los niños, en el desierto de Mauritania, allá donde sólo existen dunas y silencio.

Se reventó con la moto, con el manillar de esa KTM que tantos problemas le estaba dando. Hubo entre los participantes quien le avisó, quien le dijo que no siguiera, que no era casualidad que se le rompiera tanto la batería y el carburador, pero él quería continuar, siempre intentando seguir adelante. Era la séptima etapa, la especial más larga de esta edición. Salió aquel Día de Reyes de Zouérat y en el kilómetro 112 de la carrera la suerte, la mala suerte, quiso que se fuera al suelo clavándose el manillar de su moto en el abdomen. Fue un accidente grave, muy grave y él lo sabía, pero aún buscó dentro de su destrozado cuerpo fuerzas para caminar unos cien metros y conseguir la ayuda de otro piloto. Después alzó la baliza, llegaron las asistencias y le practicaron la cura de emergencia. Aún pudo hacer gestos a una cámara de televisión indicando que no estaba mal, que sólo había sido un golpe.

En ese maldito lugar apareció su amigo, su hermano, Antonio Ramos y le cogió la mano, le dio ánimos, Carni le dijo que no se preocupase, que estaba bien, que sólo tenía unos golpes en el estómago. Su compañero continuó tranquilo. Esa misma noche no se creía que le hubieran operado. Ayer tampoco pudo creer que hubiera muerto. Es el primer piloto español que pierde la vida en la historia del Dakar, una carrera en la que la muerte casi siempre ha estado presente en todos estos años.

Carni fue intervenido de urgencia en el campamento de Zouérat por los médicos del raid, los doctores de Fidelia. Una vez estabilizado fue evacuado a Dakar, el lugar de sus sueños, donde le extirparon el bazo y un riñón. Tenía que haber vuelto a España el sábado, pero un nuevo accidente de otro corredor hizo imposible el traslado. Eso, y que su evolución el domingo parecía favorable en opinión de los médicos. Su propia familia confirmó que habían podido hablar con él, que era consciente de su situación y que se encontraba sedado y estable. Otra vez, la suerte, la mala suerte. Un día que pudo haber resultado vital.

Con la fiebre quemándole por dentro llegó el pasado domingo a Alicante donde ingresó a las 23:45 horas en el Hospital General de la ciudad mediterránea. Media hora después fallecía a pesar de los intentos de reanimación y sin que los doctores españoles pudieran hacer nada. Y es que cuando la muerte viene de visita, nada ni nadie puede detenerla.

Será enterrado (en principio hoy mismo) en Elche, su ciudad natal, al lado del mar a donde llegó desde el desierto. No era conocido por el gran público, pero sí en el mundo del motor. Carni sabía ir rápido en moto y lo hacía bien. Había cumplido 41 años el pasado 5 de noviembre y estaba en su quinto Dakar, un raid al que iba un año sí y otro no, siempre se daba uno de descanso, sobre todo por su familia, una mujer y dos niños, que era lo que más quería en el mundo este piloto con el que se ha quedado África y una carrera que le tenía hechizado.

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