Estas leyendo

"2004 ha sido el año de mi venganza"

Motociclismo Valentino Rossi

"2004 ha sido el año de mi venganza"

"2004 ha sido el año de mi venganza"

afp

Valentino Rossi hace balance en la revista 'Solo Moto', constatando que su título de MotoGP con la Yamaha le sirve para sacarse una espina: "Cuando vencía con la Honda, dijeron que ganaba porque tenía la mejor moto"

Valentino Rossi desaparecerá del mapa hasta el 22 de enero, día de regreso a los entrenamientos, en Malaisia, pero antes ha hecho balance de un año en el que ha logrado el sexto título de su carrera, el tercero en MotoGP y el primero al manillar de la Yamaha.

Se le ha visto acompañado de cuatro guardaespaldas en sus últimas apariciones. ¿Por qué?

Es bello ver que tanta gente te sigue, es una gran satisfacción, pero se ha convertido en algo difícil de llevar, especialmente cuando te encuentras en casa o en un restaurante. Todo el mundo acaba diciéndote las mismas cosas, lo que acaba cansando un poco. Intento ser un poco participativo, porque me pongo en la piel del aficionado y sé que le resulta emocionante, pero cuando se repite la situación 150 veces, no puedes más. Es uno de los motivos por los que vivo básicamente de noche, porque me encuentro a menos gente y puedo respirar un poco más. Es mejor así incluso durante las carreras. Cuando todo se complica, puedo refugiarme en mi box y tener un poco de intimidad con mi moto, lejos del jaleo y de la gente. Sólo de noche puedo dedicarme a revisar los adhesivos del carenado, a enseñar la M1 a mis amigos en una especie de momento de recogimiento.

¿Por qué le adoran tanto?

En primer lugar, por los resultados. Cuanto más vences, más popular eres y en mi caso cuentan también mi carácter y mi edad.

Y ganar con la Yamaha al primer intento. ¿Qué sensaciones le ha dejado ese triunfo?

Me quedo con un montón de momentos que me hicieron sonreír. El 2004 me ha dado grandísimas satisfacciones y ha sido una venganza sobre muchas personas, algo que sobre la Honda no hubiese sido posible. Cuando vencía con la RC211V, muchos, por no decir todos, dijeron que ganaba porque tenía la mejor moto. Ganar con la M1 me ha permitido dar respuesta a la eterna pregunta, algo que yo tenía claro en mi cabeza: si un piloto es ganador porque marca la diferencia en las curvas, o porque posee la moto más rápida en las rectas.

¿Creía que el año iría así?

Siempre he creído que podría acabarlo ganando, pero, siendo sincero, no creía poder obtener el título al primer intento. Tras cada sesión de entrenamientos, tras cada vuelta dada con la moto, lo iba creyendo más. La M1 me gustaba mucho, me convencía plenamente y cada vez que me subía en ella bajaba convencido de que podríamos hacerlo mejor.

¿Hubo momentos difíciles?

Al inicio de la temporada, tuvimos bastantes problemas, pero la M1 siempre me pareció una moto fácil de ajustar y poner a punto. Seguramente la Honda era una moto mejor, al menos al inicio de la temporada, pero con la Yamaha he tenido siempre buenas sensaciones. Parecía que tuviese que ser una moto maldita, con la que uno se caía con facilidad, pero yo no me encontré con este tipo de problemas. Es verdad que a lo largo del año ha habido algunos momentos duros, como en Brasil o Alemania, donde parecía que los pilotos de Honda tuviesen algo más que nosotros. La moto tampoco fue bien en Jerez. Pero el peor gran premio fue el de Qatar. La penalización me hizo ver que algo había cambiado y que Honda haría cualquier cosa para no perder, aunque ello comportara ganarme fuera de las pistas.

¿Pone cara a sus rivales?

Los rivales siempre tienen nombre y apellidos, y una cara bien definida. Es muy importante conocerlos bien, porque cada uno tiene sus puntos fuertes y sus puntos débiles, su carácter y su historia. Seguramente, en las últimas temporadas Biaggi y Gibernau fueron los rivales más duros de batir, pero las mejores batallas las tuve con Capirossi, que aunque se sitúe algo más atrás en las clasificaciones, es con quien rodé más vueltas de enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Él ha sido mi principal rival.

La figura de Furusawa ha sido vital en su relación con Yamaha.

Muy grande. Tras cuatro años con Honda, creía que todos los japoneses eran iguales, pero Furusawa y los técnicos de Yamaha me han hecho ver que hay japoneses con mentalidad más abierta, más cercana a la nuestra. Me hicieron sentir importante, y no como un simple empleado, como sucedía con HRC; me han permitido mantener pequeñas parcelas que quizá no sean importantes para otros pilotos, pero que a mí me resultan vitales. Para mí es importantísimo poder personalizar mi moto, salir con una M1 que incluya el color amarillo, con los adhesivos de mi perro Guido, me aporta una motivación extra. Es muy importante que la moto sea bella y que tenga una decoración acorde con el estilo de Valentino Rossi. Con patrocinadores de por medio suele ser difícil llevarlo a cabo, pero en Yamaha lo entendieron perfectamente. El mérito de ello lo tiene en parte Furusawa. En Yamaha me han sabido proporcionar mayor tranquilidad que la que había a mi alrededor en Honda.

¿Hubiese podido ganar sin tener a Jeremy Burgess a su lado?

Hubiese ido a Yamaha sin Burgess, pero una de las apuestas seguras fue tener a Jeremy a mi lado. Su equipo y yo hemos aportado orden a Yamaha, una nueva estrategia de trabajo que ha marcado la diferencia. Es gente que siempre está tranquila, que no se exalta si las cosas van bien ni pierde nunca la orientación. Con Burguess teníamos un acuerdo: cada jueves previo a un gran premio teníamos un meeting técnico, donde me explicaba las relaciones de cambio escogidas, cómo se ajustaban las suspensiones y los neumáticos elegidos. Después, dábamos un repaso al circuito. Eso sí, no se trata de un método de trabajo cerrado, sino que depende mucho de mis sensaciones a los mandos de la moto, y siempre avanzando a pequeños pasos.

Su nuevo compañero, Colin Edwards, ya ha dicho que la M1 es una moto poco potente. ¿Ha tenido que rodar Rossi más al límite que nunca esta temporada?

Probablemente, la M1 tiene menos caballos que la RC211V, y este es el aspecto en el que más trabajamos actualmente. Es verdad que 2004 ha sido la temporada en la que más he rendido, pero cuando un reto es difícil de superar, la motivación crece y se da lo mejor de uno mismo.

¿Se siente más fuerte que los demás pilotos?

Me siento muy fuerte en el momento en el que decido que debo vencer en una carrera. Es ahí cuando arriesgo y cuando estoy en un aprieto me siento fuerte.

¿Como en la primera carrera del año, en Suráfrica?

Sí. La carrera de Welkom ha sido la más emocionante. Me sentí muy feliz. Aquella victoria me aportó mucha confianza y me dio respuestas a muchas preguntas.

¿Pensó allí en el título?

No, fue tan sólo un momento de felicidad, aunque naturalmente me hizo pensar que podíamos ser competitivos. Empecé a pensar que podía conseguir el título tras vencer las tres carreras consecutivas de Mugello, Barcelona y Assen. En aquel momento, Gibernau estaba muy fuerte y aquellas tres pistas eran, al menos en teoría, favorables a las Honda.

¿Qué le gratifica más, haber ganado con Yamaha o haber vencido a Honda?

Mi único objetivo era conseguir el título con Yamaha, pero ha resultado ser un sueño conseguido antes de lo previsto. Yo no corro para ganar a Honda, porque me resulta más importante ganar al hombre, a Biaggi, a Gibernau, a Barros, a todos los demás. Pero debo admitir que haber conseguido batir a Honda ha resultado ser un gran placer para mí.

¿Ha sido la victoria del hombre sobre la tecnología?

Siempre dije que en este deporte el pilotaje marca la diferencia, y creo que este título ha sido la mejor manera de confirmarlo.

¿En qué puede mejorar aún?

Me gustaría hablar mejor en inglés, porque lo hablo y comprendo no demasiado bien. Como piloto, creo que lo hago todo bastante bien, en este año he mejorado, me parece que he ganado en algunos momentos concretos como en el pilotaje en mojado, la salida, o las vueltas rápidas con gomas de clasificación.

En Valencia y Malaisia le vimos vengativo con sus rivales, casi cruel. ¿Qué opina?

En Malaisia el único objetivo era ganar, porque considero que se cometió una injusticia en Qatar. En Valencia, en cambio, buscaba conseguir la novena victoria, para poder igualar el récord de victorias de Honda en 2003, y sumando 25 puntos podía, además, superar los 300 en la clasificación general. Era un objetivo muy concreto, no tanto una venganza, y mucho menos cruel.

¿Qué le motivará en 2005?

Por ahora, correr en moto me gusta tanto que es por sí mismo el estímulo principal. Me gusta efectuar jornadas de pruebas para desarrollar la moto, hablar con la gente de mi equipo, quedarme en el box a charlar con los ingenieros. Me encanta pilotar. Además, en 2005 Biaggi será un piloto oficial de HRC y Gibernau tendrá un especial seguimiento por parte de la fábrica, no creo que pueda quedarme sin motivaciones.

También te puede interesar