Pedrosa se queda a dos puntos del título de 250

No hubo alirón de 250cc para Daniel Pedrosa, pero casi. El español se quedó a dos puntos de conquistar su segunda corona mundialista, algo que conseguirá el próximo domingo en Australia. Debería acabar la carrera de Phillip Island en el peor de los casos clasificado en decimocuarta posición, algo que ni el mal fario de su circuito maldito debería impedir.

Bien es cierto que el piloto llamado a convertirse en el bicampeón del mundo más joven de la historia hizo méritos más que de sobra para sentenciar su corona ayer mismo. Pedrosa ganó su sexto gran premio de la temporada con un dominio insultante, pero hubiera necesitado el favor de Toni Elías, que no evitó que Sebas Porto acabara segundo, justo el único resultado que retrasaba la fiesta de Pedrosa.

Conocida es sobradamente la mala relación entre estos dos pilotos españoles. Hace dos carreras, en Motegi, Elías reavivó la polémica del peso nada más bajarse de su moto diciendo que aquella victoria de Pedrosa era injusta. En Sepang el morbo alcanzó cotas inimaginables. Con Dani escapado, ¿sería su enconado enemigo el hombre que le daría el empujón hasta el título?

Durante siete de las 22 vueltas de la prueba, el manresano convirtió al de Castellar del Vallés en virtual campeón, pero algo ocurrió a partir de la vuelta decimotercera que provocó que su tercer puesto final levantara suspicacias...

Elías vio que su equipo le mostraba al pasar por meta el siguiente mensaje: OK P3. Él obedeció, y en esa misma vuelta echó la mirada atrás, le hizo gestos a Porto para que le adelantara y le abrió claramente la puerta en una frenada. El manresano explicó después que tanto él como la gente de su equipo habían visto que iba demasiado colgado llevando a Porto a rueda, por lo que prefirió ponerse detrás para estudiarle.

Desde esa vuelta hasta el banderazo final, Pedrosa ya no volvió a ser virtual campeón. Toni dijo después que quiso jugárselo todo en la curva de entrada a meta, pero que le salió mal. Cuando dijo aquello lo hizo de corazón. Se le vio sincero, pero también es lógico que hubiera quien pensase mal, caso de Alberto Puig. El creador de Pedrosa prefirió morderse la lengua.

Fue mejor así, porque para show ante los periodistas, el de Valentino Rossi. El italiano venía enfadado de Qatar, pero eso no le daba derecho a decir las barbaridades que dijo, desluciendo así su magnífica victoria. Sólo Alex Barros se atrevió a interponerse durante cuatro vueltas entre El Doctor y su séptimo triunfo. Sete Gibernau sólo fue séptimo por problemas de chattering, según dijo, y le puso así en bandeja la consecución del título a Rossi en Australia.

Tanta movida casi eclipsó al primer campeón del año, Andrea Dovizioso en 125cc. Al italiano le bastó ser segundo detrás de Casey Stoner, que le dio su primera victoria mundialista a KTM. Les acompañó en el podio Álvaro Bautista, que está en racha.