Tranquilidad, ante todo tranquilidad. Nani Roma perdió ayer cinco minutos y medio con el líder Richard Sainct, pero puede cobrarse la revancha. El catalán se vio perjudicado por tener que abrir pista. Hoy, sin embargo, pretende aprovecharse de salir tercero (puesto que ahora ocupa en la general), para seguir las huellas de unos rivales a los que el terreno, mucho más arenoso, les debería perjudicar.

Roma partió segundo en la especial más larga del rally, 584 kilómetros contra el reloj (Ghadames-Ghat), y Sainct salía seis minutos después de él, por lo que al francés le bastaba con seguir la estela del español para recuperarle tiempo en la general.

La etapa, muy larga y con dunas, obligó a los hombres de cabeza, Alfie Cox y Roma, a marcar el camino e ir más lentos que los perseguidores que siguen sus roderas. Roma se encuentra ahora en la tercera posición de la general, a 5:47 de Sainct y a 4:00 del italiano Fabrizio Meoni.

Isidre Esteve (KTM) rompió el motor de su bicilíndrica antes de llegar al primer control de paso de la especial y Marc Coma (KTM) también sufrió problemas mecánicos que le retrasaron más de una hora, aunque no le impidieron seguir en carrera. Los compañeros de Roma se hunden en la clasificación, sobre todo Esteve, que ocupa ahora el puesto 118 en la general a más de ocho horas de Sainct. Si consigue solventar sus problemas mecánicos, deberá limitarse a hacer de mochilero en la distancia de Nani.

El francés Stephane Peterhansel volvió a mostrar su autoridad en el apartado de coches y reforzó su liderato. La segunda plaza fue para el japonés Hiroshi Masuoka, que cedió once minutos y la tercera para el renacido veterano finlandés Ari Vatanen, que llegó a veintisiete. El duelo por la victoria se centra por tanto en los dos revolucionarios prototipos de Mitsubishi, con el Nissan de Shinozuka, tercero, muy distanciado.

José María Serviá fue el mejor español, 13º, a 51:04. En la general es duodécimo a más de dos horas. Su buggy Schlesser-Ford es poco competitivo.