Laia Sanz, en moto hasta que haga cima

“No parece que haya pasado un año desde la última vez que vine”, decía Laia Sanz en uno de los pasillos que dan acceso a la redacción. Y es que no ha pasado un año, Laia, porque la última ocasión en que disfrutamos de tu visita a AS no fue con motivo del Dakar sino del Mundial de enduro que ganaste. Fue en septiembre. Tiro de memoria, me resisto a buscar en Wikipedia. A ver… son 13 títulos de campeona del mundo de trial y cinco de enduro, 10 veces ganadora del Europeo de trial y seis del Trial de las Naciones, además de siete participaciones consecutivas en el Dakar como primera mujer en la competición de motos. Ha sido 16ª en el que finalizó hace un par de semanas en Buenos Aires pero, teniendo en cuenta que fue novena en 2015, corremos el riesgo de que ese gran resultado sea un disparo con silenciador, pase inadvertido.

El reto de competir en coches

¿Y ahora? Laia tiene un reto entre ceja y ceja, que no es otro que acabar en el Top 10 del Dakar sin que ninguno de sus rivales falle o ella perciba ese resultado como engañoso. Hay quien le pide que se suba a un coche ya, mañana a lo más tardar, y que afronte desde ahí un nuevo desafío. Pero ella no dejará las dos ruedas hasta que las dunas digan que ya no puede crecer más. Hasta que ese día llegue seguirá peleando en esa categoría, sumando títulos y visitando nuestra redacción como lo que es, la mejor piloto de motos en la historia del Dakar.

P.D.: Tuve que recurrir a Wikipedia porque Laia y otros campeones como ella tienen estresada nuestra memoria con tanto título.