Bale está que se sale. Este está siendo su gran año en el Madrid, y eso que se ha perdido bastantes partidos por lesión. Ayer, en ausencia de Cristiano, asumió la obligación del remate y resolvió el partido con un cabezazo colosal, otro más de los que ha ofrecido esta temporada. Con ese cabezazo sacó adelante el Madrid un partido que jugó bien en el arranque, muy bien en el final, y mal entre una cosa y otra. Modric levantó al equipo en el tramo final y Lucas Vázquez volvió a pesar (¿cuándo no?). Con eso, un Madrid en el que descansaron varios consiguió mantenerse en carrera. Y a esperar.

Peor lo pasó el Atlético, que también dio muchos descansos y hubo de corregir sobre la marcha. Vietto volvió a pinchar. Simeone, desterrado a la grada, tuvo que sacar en la segunda mitad a Koke, Torres y Griezmann, porque veía que si no.... Griezmann acertó con un cañonazo, y eso fue casi todo por parte del Atlético. Lo demás lo puso el Rayo, que ya dio una gran pinta ante el Madrid y ayer repitió ante el Atlético, al que hizo pasar las de Caín. El tramo final del partido fue de enorme sufrimiento para los locales, que soportaron un agobio como ante el Bayern. Pero también siguen en carrera.

Y todos a esperar al Barça, que sí que pudo contar con su once de gala, y con una semana de descanso. Pero no es aquel Barça de no hace mucho, ni es aquel tridente. Parece un equipo soso, indeciso, inseguro. A la media hora se le pusieron bien las cosas con la expulsión del Westemann, pero ni eso le espabiló. Tuvo la suerte de abrir el marcador en un regalo de la pareja Adán-Pezzella, pero le costó cerrar el partido. Luis Suárez marcó el segundo ya en el tramo final, tras desperdiciar alguno. El Barça sigue en cabeza, pero no convence. Quedan dos jornadas y aquí nada está decidido.