Juanma Trueba

El sueño no cumplido de Florentino

Benítez no convalida como galáctico del verano. Tampoco De Gea. Un buen entrenador y un estupendo guardameta no son suficiente atractivo para ilusionar a los aficionados, al menos según el criterio de Florentino. Agüero sí encajaría en ese papel: futbolista especial, con aroma de Romario y aún en edad de merecer (hoy celebra su 27º cumpleaños). Con su fichaje, el presidente del Real Madrid cumpliría un viejo sueño, frustrado en 2011. Entonces, el preacuerdo con el jugador no se hizo efectivo para no provocar una guerra con el Atlético. Curioso pacto de no agresión, por cierto: sólo protege a una parte.

Hay que suponer que la llegada de Agüero significaría el adiós de Benzema, un delantero que tolera mal la competencia. Hay que suponer que Florentino cambiaría de favorito y hay que suponer que el Madrid incluiría al francés en la operación, quizá a dos o tres bandas. También hay que suponer que el City (club con jeque) aceptaría el trato. Mucho suponer, me da la impresión. El Kun ha acabado la Premier como máximo artillero del torneo, 26 goles; Benzema ha cerrado la Liga con 15 tantos. A este problema particular se suma uno de carácter general. Cada vez hay menos figuras disponibles y cada vez hay más propietarios ricos, con petróleo o con gaseoducto. La situación es tan dramática que solamente queda una solución y es totalmente desesperada: fichar a un director deportivo.