Cara para el Madrid, cruz para el Barça

Acabó el sorteo y Jordi Mestre, el directivo del Barça desplazado, dijo que lo de la presencia de Guardiola en el Bayern como rival era “algo anecdótico”. No me parece apropiado, no me parece real. La presencia de Guardiola como rival es algo difícil de digerir por el Barcelona y por el barcelonismo. Lo que ha sido y representado ahí aún está muy reciente. La mayoría de la afición le quiere mucho, buena parte le añora. A cambio, la directiva actual es en cierto modo ‘antiguardiolista’, a fuer de ‘antilaportista’. Y en los medios, el asunto genera división. Hay guardiolistas acérrimos y los hay contrarios.

Dentro de lo incómodo que es enfrentarse al Bayern en cualquier lugar y circunstancia, la presencia de Guardiola ahí supone, se quiera o no, un cierto desgarro familiar. Al Barça nunca le había pasado nada tan bueno como lo que le pasó esos años con él como entrenador. Ahora viene al frente de la tropa contraria. Para él tampoco va a ser fácil. Ni para Luis Enrique, que es amigo personal suyo. Cada uno de ellos elogia al otro en conversaciones privadas o públicas. Y se conocen. Ahora les toca a ambos estrujar el magín para ver cómo sacar adelante una eliminatoria complicada a costa de su amigo.

Muy diferente es para el Madrid: la Juve, y segundo partido en casa. La Juve se pasea por Italia, pero aquello ya no es lo que era. Acaba de eliminar al Mónaco por un solo gol... conseguido con un penalti mal señalado. Es un buen equipo, sí, pero impone menos que el Barça o el Bayern. Para el Madrid ha sido un sorteo a pedir de boca. Por su parte, el Sevilla se las verá con la Fiorentina, donde están Joaquín, Borja Valero y Marcos, el hijo de Marcos y nieto de Marquitos. Hubiera sido preferible el Dnipro, pero pienso que peor el Nápoles. Además, el Sevilla va lanzado. Podemos soñar con tres finalistas.