Venta conjunta y Ponencia Constitucional

Esta semana, el Madrid se enfrenta al Liverpool y el Barça al Ajax, pero sus aficionados no están, salvo raros casos, en ello. Están en el Clásico del sábado, y en Messi y Zarra. Viendo las declaraciones de Rodgers hoy en AS, no es de extrañar, porque se le ve tan impresionado por la categoría del Madrid que no se esfuerza en disimularlo. Otro tanto, entiendo, sentirán en el Ajax ante la perspectiva de enfrentarse al Barça. Dos equipos varias veces campeones europeos que en otro tiempo nos hubieran puesto el miedo en el cuerpo aparecen ahora como meros aperitivos en la ruta del Clásico.

Esta gloriosa deformidad de ahora es fruto de año tras año de reparto televisivo en España muy desigual, cosa que en otros países no ocurre. La Liga española provee a sus dos primeros clubes de una ventaja en dinero por derechos locales que al irse acumulando varios años ha producido un efecto demoledor. El heroísmo del Atlético ganando la Liga pasada fue una rareza. La verdad es la que es: el Madrid y el Barça son dos gigantes que además llevan zancos. Y los defienden con uñas y dientes. Hace tiempo que se habla de venta centralizada, pero no termina de salir adelante.

La idea es fijar una proporción de 4,5 a 1 entre los mejor pagados (ellos) y los peor pagados. Ahora es de 10 a 1. Se da vueltas al asunto desde que empezó esta legislatura. Eso retrasa una y otra vez Ley del Deporte Profesional. Hay mucho poderoso tomando croquetas en el palco del Bernabéu y tampoco nadie ignora el peso del Barça. Mi hija está estudiando la Transición y he recordado con ella que desde los primeros trabajos de la Ponencia Constitucional hasta la aprobación del texto en las Cortes pasaron 16 meses. Fue más sencillo eso que volver a la venta centralizada. Figúrense.