Athletic-Nápoles y el nuevo San Mamés

San Mamés, el nuevo San Mamés (nuevo así, en minúscula, porque el club vizcaíno quiere para su nuevo campo el mismo nombre del antiguo, que así se hace eterno) estrena hoy su último fondo. Hecho más tarde que el resto del campo, a los clásicos nos recuerda un poquito a la Tribuna Garay, con la que se elevó el fondo de la zona de Misericordia y se pudo dar de alta a más socios. Ahora se cierra, decía, el nuevo campo, y aún a falta de completar los palcos vips, que darán para 3.000 entradas más, se puede decir que el campo está completo. Y lleno. Hoy habrá 50.000 espectadores. 44.000 son abonados.

La ocasión lo merece, porque es un partido para meterse en la Champions. De Nápoles se trajo el Athletic un 1-1, así que lo que valga será lo que pase hoy. El Athletic se juega a un partido una magnífica temporada, que completó con 70 puntos, sólo precedido por el Barça y los dos finalistas españoles de la última Champions. Enfrente va a tener al Nápoles de Benítez, que en la Champions pasada quedó fuera, en ‘foto finish’ por ‘goal average’ tras un triple empate a 12 puntos en el que se dio a llamar grupo de la muerte. Fue tercero en el calcio. Tercero de Italia contra cuarto de España. Una mala jugada del bombo.

El Athletic, que del año pasado a este ha perdido a Ander Herrera, espera a este partido para tomar decisiones. Si se clasifica, tendrá fuelle para intentar las fichas de Illarramendi y Monreal, porque Champions es Champions. Hoy tendrá que tirar con lo que tiene, que no es poco. Valverde es tan lúcido como trabajador. San Mamés apretará en este precioso reestreno. Se espera una noche grande, para evocar tantos buenos partidos europeos en el viejo San Mamés. Me acuerdo ahora de aquella final de la UEFA ante la Juve, en la que faltó un gol, que no entró por los pelos. Ese gol llegará esta noche.