Las claves del cuarto de Vettel

Las claves del cuarto de Vettel

Talento. Sin un talento descomunal para llevar un monoplaza al límite no se puede ser campeón del mundo, menos aún cuatro veces consecutivas. Vettel ha demostrado que posee virtudes de pilotos de época: apenas comete errores, tiene gran consistencia y está siempre al nivel del coche o más. A principio de año su monoplaza no era tan dominante en carrera, y aún así ganó en Bahrain, después cuando el coche ha sido el mejor ha arrasado con seis victorias consecutivas.

Trabajo. La capacidad de trabajo de Vettel y su equipo es digna de ser estudiada por sus rivales. Si es cierto que el alemán no estuvo bien cuando en Singapur dijo aquello de "mis chicos están trabajando mientras otros están con las pelotas en la piscina" la verdad es que siempre son los que más tarde salen del circuito. Vettel se recorre a pie cada pista, analiza datos hasta la extenuación y se le ve a última hora hablando con sus ingenieros, Newey o Horner. Y eso en un deporte en el que los equipos hacen turnos de 24 horas en la fábrica.

Equipo 1. La escudería Red Bull es la mejor de la actualidad, eso es evidente. Al mando está Christian Horner, un tipo que llegó casi por casualidad, es el más joven de los jefes de equipo y ha sabido imponer un estilo mezcla de Todt y Domenicali. Refleja perfectamente la frase mano de hierro en guante de seda. La organización es perfecta, cada uno sabe lo que tiene que hacer en cada momento, con Mateschitz a la cabeza es el equipo más influyente en la política de la F-1, tienen dos escuderías, algo de dudosa ética, pero legal e incluso han logrado un gran premio en su casa en 2014.

Equipo 2. Además de su influencia, la organización, una estructura en la que se han sabido adaptar como nadie a la actual F-1, en Red Bull le han dado toda la confianza a Vettel, algo que le ha hecho aún mejor. En Malaisia este año sucedió la única discrepancia pública cuando hicieron ver que le daban órdenes de equipo a Vettel para que dejara ganar a Webber y en realidad era todo lo contrario, querían afianzar aún más a Seb como líder. Manejan como pocos el arte del engaño. El coche de Webber es en teoría el mismo de Vettel, pero sus tres abandonos en las últimas cuatro carreras dejan claro que el monoplaza del australiano suele convertirse en el coche de pruebas, de soluciones al límite. Saber quién manda siempre ayuda.

RB9. El mejor Red Bull de siempre. Si el de 2011 está considerado el más competitivo de la historia, el de 2013 lo es aún más, al menos desde la segunda mitad de año. Si aquel no tenía velocidad punta este sí, además de su legendaria capacidad de tracción y agarre en las curvas gracias a una aerodinámica cuidada hasta el límite. Este monoplaza ha sido un tesoro en manos de Vettel y le ha dado la confianza necesaria para mejorar su pilotaje.

Newey. El mejor ingeniero de la historia de la F-1 es el empleado de Red Bull que más dinero ingresa en su nómina. Por algo será. Diez títulos. Si es cierto que en momentos se ha visto superado, como en la era Ferrari-Schumacher por Byrne, también lo es que ha sido campeón allá donde ha ido. Su filosofía de ir al límite requiere algo que también en Red Bull han sabido gestionar, una fábrica nueva con 90 ingenieros de aerodinámica al servicio de Newey. Adrian tiene un nuevo reto con el cambio de reglas de 2014. Veremos con qué nos sorprende.

Secreto. Es el interrogante, la incógnita mejor guardada. Pocos dudan que el RB9 tenga algo que el resto no tiene, pero este año no han sido capaces de adivinarlo. Si desde 2009 jugaban con los gases del escape y los difusores soplados, ahora hay varias teorías, que si aprovechan el KERS, el juego con los cilindros, los mapas motor... lo cierto es que parece ser una mezcla de todo, además de un diseño espectacular y una capacidad de evolución increíble. En esta F-1 tan restringida técnicamente, que un coche pueda sacar un segundo al resto como ha sucedido en algunas carreras es, como mínimo, algo extraño y la causa probablemente nunca se sabrá.

Rivales. Otra de las claves del éxito de Vettel es que sus rivales no han estado a la altura. Si bien Ferrari y Lotus comenzaron el año con un coche competitivo después se ha ido desmoronando como un castillo de arena. Las evoluciones de Ferrari, tal y como el mismo Domenicali reconoció en AS, no han funcionado y el coche se ha diluido en la zona media de la parrilla. Alonso ha hecho lo que ha podido y más, aunque su nivel no ha sido el del increíble 2012, pero en algunos momentos se ha visto frustrado por la falta de competitividad. Mercedes y Lotus no han tenido consistencia y McLaren es un desastre.

Pirelli. Durante la primera parte de la temporada los mejores coches parecían el Ferrari y el Lotus. Error. No eran tan rápidos como el Red Bull pero gestionaban mejor los neumáticos en carrera. Era el momento en el que Vettel, Horner, Marko y compañía se quejaban continuamente de los Pirelli. Estaban ya a punto de cambiar las ruedas cuando sucedió lo de Silverstone, allí la empresa italiana llevó un neumático que no se había visto y se volvió a ver con un sistema de unión extraño que provocó que las ruedas estallaran. Desde que se cambiaron los neumáticos, Vettel ha logrado un tercer puesto y siete victorias, seis de manera consecutiva.

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