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AUTOMOVILISMO | PROYECTO SOCIAL

Genio de la F1 crea Ox: camión tipo IKEA para ayudar a África

Gordon Murray ha diseñado un vehículo que se envía en una caja y tres personas lo pueden montar con herramientas básicas en 12 horas.

Actualizado a
Ox, el camión IKEA para ayudar a África.

Nombres como Colin Chapman y Adrian Newey resuenan con fuerza en los libros de historia de la Fórmula 1. Ingenieros míticos que revolucionaron múltiples aspectos de los monoplazas y dieron títulos a los equipos para los que trabajaban. Dos genios que comparten protagonismo con Gordon Murray, para muchos expertos el personaje más importante del campeonato. Ideó el BT46, dio Mundiales a Brabham y McLaren, creó la suspensión hidroneumática, fue pionero en usar las paradas en boxes como factor estratégico... El sudafricano era un absoluto genio.

Murray abandonó la F-1 hace muchos años, pero su capacidad de innovar no ha cesado. Su última aportación es Ox (Buey) un camión diseñado especialmente para llevar ayuda humanitaria a las zonas rurales de África, o cualquier otro lugar, que ha desarrollado Global Vehicle Trust, una ONG creada por el filántropo Torquil Norman. La gran novedad de este vehículo tipo IKEA es que se puede enviar desarmado en una caja y ser montado sin necesidad de herramientas sofisticadas en aproximadamente doce horas con la participación de tres personas.

Ese mismo número es necesario para embalarlo en apenas seis horas. Puede transportar 13 personas, tiene una capacidad de 7 metros cúbicos y una capacidad de carga de 2,2 toneladas. Otra de las grandes ventajas es su bajo coste debido a que todo está creado en base a paneles planos.

El interior de la cabina del Ox.
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El interior de la cabina del Ox.

En un contenedor básico cabrían seis Ox desarmados, incluyendo los respectivos motores (diésel de 2.2 litros y una potencia de 100 CV) y transmisiones. Tiene tracción delantera, cambio manual de cinco velocidades, una cabina para tres personas e incluye... aire acondicionado. Si se encuentra la aportación necesaria para construirlo en serie (unos 3,5 millones de euros) se espera que esta genialidad sea una realidad para ayudar al continente africano en dos años.