Toni Bou: 'El hacedor de las cosas imposibles para el resto'

GP de Italia. San Pietro Mussolino. Zona 7. Última manga del Mundial con Toni Bou ya coronado campeón del mundo, su vigésimo título. Cientos de personas se agolpan entre los árboles para disfrutar del talento del tirano de Piera. Es el último que intentará sortear el difícil recorrido. Antes pasan jóvenes, pros y llega el turno de las estrellas.

Busto, Fujinami, Cabestany, Fajardo, Raga intentan elevar sus monturas por encima de una piedra a la que se llega tras bordear un río con sus mojadas piedras y tener que saltar en vertical, tras un apoyo, una altura superior a los dos metros. Todos cierran la zona con la máxima penalización: 5 puntos.Y alguno con un buen susto tras caer hacia atrás desde semejante altura.

Llega el turno del piloto del Repsol Honda. El murmullo entre aficionados se transforma en silencio sepulcral. Es el momento de la leyenda del trial. Bou ha celebrado su título, está más relajado, más cansado tras dormir menos horas de las habituales. "Es imposible que no apoye ni un pie", asegura en 'petit comité' un miembro de la organización encargado de apuntar en la tablilla lo que va ocurriendo.

Se oye el rugido de la Montesa y como un Ave Fénix aparece en las alturas el dorsal 1, el mejor de la historia para unificar un: "Ohhhhh" conjunto que se transforma en tremendo aplauso. "Es único, es Bou", grita un tifosi. Sus rivales se miran y sonríen. Bou explica con una acción por qué ha ganado todos los títulos en juego desde 2007. Hace cosas que a los demás les resultan imposibles.