Un comisario 'obliga' a Barberá a ir al médico... y va en scooter
El valenciano se cayó y el protocolo dice que los pilotos que se golpean la cabeza deben pasar por el centro médico.
Un cuarto de hora, más o menos, es sólo el tiempo que ha perdido Héctor Barberá fruto de su caída en el FP2 de MotoGP antes de volver a la pista, y todo ello con un paso obligatorio por el centro médico para un examen que ha superado sin problemas.
Después de caerse en la curva tres, en segunda a 140km/h, al valenciano le han dejado en el centro médico en un primer momento, pero él se ha ido corriendo a pie hasta el box del Avintia Racing para subirse a su segunda Ducati satélite y continuar con su trabajo sobre el asfalto. Sin embargo, un comisario del IRTA le ha dicho que no podía hacerlo sin pasar antes la supervisión del jefe de médico del circuito.
Con las mismas, se ha subido a un scooter y se ha dirigido a la clínica, donde en un par de minutos han comprobado que estaba bien, y de nuevo de vuelta al box, para ponerse octavo nada más salir a la pista y acabar finalmente duodécimo en MotoGP.
El examen en cuestión se ha reducido a preguntarle si le dolía la cabeza, a lo que ha contestado que no; a pedirle que le apretara las manos con las suyas; también a mover el cuello de un lado a otro; y por último, a seguir el dedo con la mirada. Afortunadamente, todo ha quedado en una anécdota.
