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DTM

Molina "Entre F-1 y Le Mans ahora elegiría las 24 Horas"

El piloto de Audi, único español en ganar una carrera en el Alemán de Turismos, estuvo en Madrid con el RS5 DTM, coche en el que confía: "Es el mejor de la parrilla".

MadridActualizado a
Miguel Molina posa con el RS5 DTM en el circuito de El Jarama.
Audi

Miguel Molina, el único español en ganar una carrera del Alemán de Turismos, estuvo en un evento de Audi con el RS5 con la decoración definitiva de 2016 en El Jarama, un circuito que "se asemeja a Zandvoort" y que le trae grandes recuerdos: "En mi primer año de monoplazas corrí aquí en la Fórmula Renault 1600".

-El 27 de septiembre de 2015 se convirtió en el primer español que ganaba una carrera del DTM. ¿Qué recuerdos conserva del triunfo en Nurburgring?

-Aún se me ponen los pelos de punta al recordarlo. Fue la carrera perfecta que llevábamos mucho tiempo buscando y trabajando para que llegara. Nos dio mucha fuerza para el futuro, el ahora que estamos a punto de comenzar. Hice la mejor salida que recuerdo y defendí la pole, pero luego la salida del Safety Car me hizo recordar viejos fantasmas. De hecho tengo las últimas 17 vueltas grabadas en la mente porque se me hicieron muy largas. Le pedí a mi ingeniero que me hablara constantemente porque me sentía muy solo en el coche. Hizo un fantástico trabajo ya que evitó los malos pensamientos. Pese a eso en los últimos giros oía ruidos y pensaba que algo iba a pasar, que no acabaría. Como anécdota decir que pese a los 65º que hay dentro del coche en la última vuelta sentí mucho frío, iba tiritando y temblando. Frenaba 50 metros antes del sitio donde debía hacerlo en cada curva. Eso sí, al cruzar la meta todo desapareció y a la cabeza me vinieron sentimientos encontrados. Por un lado te acuerdas de todos los que te han ayudado y por otro recuerdas malos momentos del pasado y el tremendo trabajo realizado para que llegara el momento que acababa de suceder.

-Un éxito tras mucho trabajo de un piloto que iba directo a los monoplazas y ha acabado triunfando en los Turismos. Aún piensa en la F-1 o está convencido que tomó la decisión adecuada.

-Me di cuenta que tomé el camino correcto desde el principio. Siempre quise ser piloto profesional y lo he conseguido. Yo ya no contemplo la F-1. Eso sí algún día me gustaría probar uno para conocer las
prestaciones. Pero si algún día ganara el DTM como Di Resta y Wehrlein y tuviera la oportunidad de elegir entre F-1 o Le Mans, tiraría más para la Resistencia. Las 24 horas es una carrera que me apasiona e intentaré ir allí aunque sea para mirar (se ríe). Yo creo que soy un piloto con suerte. Tuve al mejor maestro en el kárting y luego entré en el programa de pilotos del Circuit de Catalunya y la Generalitat que hizo un gran trabajo ya que logró que tres de sus pilotos llegaran a la élite: Jaime Alguersuari, Dani Juncadella y Miguel Molina.

-Ahora nicia su séptima temporada en el DTM. El año pasado logró sus mejores resultados: la victoria referida en Nurburgring, dos podios, dos poles... pero acabó 17º en la general ¿Qué debe mejorar para poder luchar por el triunfo final?

-Sobre todo consistencia y regularidad. Es verdad que en algunos momentos de la temporada pecamos de no mantener una línea constante en los resultados. El año pasado, el Audi era el coche era el mejor de la parrilla y pese a que la evolución está congelada por reglamento y no se puede tocar nada aerodinámico hemos mejorado un poco en algunas áreas. En el test de pretemporada, Ekstrom y Green acabaron con buenas sensaciones. El DTM es un certamen en el que compiten las tres marcas más importantes de la automoción premium y cada una elige ocho pilotos profesionales. El nivel es muy alto y tu rendimiento debe ser casi perfecto para poder luchar por estar delante. Yo he ganado mucha experiencia a nivel técnico y eso hace que cada vez entienda mejor el coche.

-Habla de la superioridad del RS5, pero el título fue para Mercedes con Pascal Wehrlein al volante. ¿Cómo se explica?

-El Audi era el mejor coche y con pesos igualados éramos los más veloces, pero con los cambios en el reglamento respecto a los lastres se produjo una distorsión de los resultados reales que debían acontecer. Creo que se les fue un poco de las manos y afectó a la igualdad del campeonato. Además la filosofía Audi nos da las mismas posibilidades a los ocho pilotos y eso quizá en 2015 perjudicó respecto a Mercedes que apostó por Wehrlein. Nososotros somos un grupo homogéneo en el que puede ganar cualquiera.

-El pasado año se cambio el formato del fin de semana y ahora hay dos carreras cada fin de semanas, hay menos entrenamientos... ¿Qué les parecen estas modificaciones a los pilotos?

-Creo que son positivas ya que da muchas más opciones. Es buena para nosotros y para el público al no depender una carrera con la otra. Para este año aún no hay reglamento técnico ni deportivo, pero los pilotos hemos pedido neumáticos blandos para mejorar aún más el espectáculo. De hecho para mí lo ideal serían blandos y con un altísima degradación combinado con una libertad absoluta en la estrategia y número de paradas.

-Sigamos con el campeonato. ¿Por qué los expilotos de F-1 que han corrido no han logrado llevarse el título?

-Es que es un certamen muy duro. Con mucho nivel como decía antes y por ser expiloto de F-1 no se gana. El coche es peculiar, difícil de conducir aunque cada vez se asemeja más a los fórmulas.

-Por último, ¿qué les diría a los chavales que empiezan y sueñan con alcanzar éxitos en el automovilismo?

-Lo primero que tengan paciencia, que no quieran dar pasos de dos en dos. Y luego que deben tener claro que intentar dedicarse a esto exige unos sacrificios como estar mucho tiempo fuera de casa, renunciar a casi todos los planes, trabajar duro los fines de semana... Eso sí, si acabas logrando los objetivos todo eso merecerá con creces la pena. Ah... y que busquen patrocinadores. Es difícil y todos hemos luchado contra los pilotos que tienen más opciones económicas pero hay que buscar y explotar todas las herramientas al alcance para luchar por tus sueños. Y otra cosa fundamental es hacerse ver lo máximo posible.