NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

RALLY DAKAR 2016 | CAMIONES

Albert Llovera: “Impresiona ir en uno de estos dinosaurios”

El piloto andorrano dcompletó el Dakar (35º en la clasificación final) en su estreno con un camión (Tatra Jamail T163) pese a su parálisis dorsal.

RosarioActualizado a
Albert Llovera subiendo a su camión.

Albert Llovera desayuna en el campamento. Atrás han quedado etapas duras, más que eso, en las que tuvo que darlo todo para no quedarse parado a las puertas del podio de Rosario. Su última aventura, la de subirse a la cabina de un camión y pilotar desde allí todo un Dakar pese a su parálisis dorsal que le hace ir en silla de ruedas, encontró finalmente premio. "Ha sido una experiencia plenamente satisfactoria, brutal. En mi vida hubiera pensado que iba a ir de lado con un aparato de mil kilos, subiendo y bajando por la arena. Pilotar este Tatra es tremendo y he aprovechado esta oportunidad al máximo", comenta el piloto andorrano, que el pasado año, sin ir más lejos, compitió en un buggy.

Llovera, acompañado en ese Tatra Jamail T163 por Charly Gotlib y Jaromir Martinec, finalizó la carrera en el 35º lugar. "Lo de competir con un camión es otra etapa de mi vida. Aunque he hecho un poco de todo, estoy feliz por haberme podido subir a la cabina de un camión como este Tatra. Impresiona sentir lo que sienten estos dinosaurios, porque es alucinante. Voy por sitios en los que, no te digo que vaya más rápido que con el buggy, pero sí que me corto menos", afirma Albert.

Lo que ahora tiene entre manos son unos huevos revueltos, desayuno de vivac, pero su mente sólo estaba en Rosario, en el Monumento a la Bandera en el que acabó el Dakar, cuyo principal hándicap ha sido la altura de Bolivia. Así lo confiesa el andorrano: "La altura me ha afectado, porque me provoca una reacción con espasmos, no tengo control sobre ellos, con lo que me paso quince horas teniendo espasmos. Eso me cansaba un montón, me fundía todos los músculos".

Pero el esfuerzo ha valido la pena, competir en una categoría tan exigente como los camiones ("el inicio del Dakar fue apasionante, con un piloto y una marca diferentes ganando cada día", afirma), levanta la admiración de muchos. Albert no ha coincidido mucho con sus excompañeros y rivales en los coches, "por la hora a la que salían unos y otros era difícil coincidir", pero reconoce que han sido muchos los que le han felicitado: "Lo hacían los de los coches, pero sobre todos los pilotos de camiones, que venían a saludarme y alucinaban por lo rápido que íbamos". No es para menos. Hay retos de altura y este, en la altura de ese Tatra, lo es. Objetivo cumplido.