NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

FÓRMULA 1 | GP DE ESPAÑA

Miguel Indurain: “Yo siempre quiero que gane Alonso”

El exciclista, ‘El Juli’ o Lorenzo fueron algunos de los rostros famosos que se vieron en Montmeló, en una jornada con 86.700 espectadores, 188.960 durante los cuatro días.

Actualizado a
AMBIENTAZO. Las gradas de Montmeló volvieron a lucir muy buen ambiente a pesar de que Alonso no esté tan arriba como antes.

Con una chaqueta americana, camisa, caminar torero y sonrisa de esas de niño pequeño. “Hola maestro”, se saluda a Julián López, ‘El Juli’, matador de toros cuando entra a la enorme casa de Red Bull en los circuitos. Allí ve a los Sainz, padre e hijo, se toma una botella de agua, saluda a todos los que le reconocen y algunos mecánicos de Toro Rosso preguntan que quién es ése. Claro, ellos son austríacos, ingleses, italiano alguno y por sus países los toros no son ni fiesta, ni nacional. El torero fue uno de los muchos famosos que han pasado durante el fin de semana por el Circuit de Barcelona para presenciar en directo el GP de España de Fórmula 1.

También estuvo un clásico ya en esta cita, el bicampeón del mundo de MotoGP, Jorge Lorenzo que saludó a los pilotos españoles y les deseó suerte. Pero hablando de grandes entre los grandes fue bonito ver a un deportista realmente de época: Miguel Indurain. El que pasa por ser el mejor ciclista de la historia reconoció, al igual que le pasó al Juli, encontrarse impresionado por el montaje que supone un gran premio de F-1: “Es impresionante todo lo que lleva esto, no habrá muchos deportes así, lo admiro mucho”. Y después dijo: “Aunque no soy muy fanático, claro que siempre quiero que gane Alonso y estoy pendiente de lo que hacen los otros pilotos españoles”. Ellos tres fueron las presencias más importantes en cuanto a personajes célebres en el circuito, pero también hubo algún político...

Por ejemplo, el presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, que se pasó a saludar a los pilotos españoles rodeado de un impresionante séquito de uniformados de traje negro o gris. El catalán también entregó el trofeo al campeón en el podio y este año no se encontró, desgraciadamente, allí con Fernando Alonso como en 2013.

Pero fueron muchos los que se volvían locos cada vez que aparecía el asturiano, como cuando salió primero en la ‘Parade’ de los pilotos, seguido de Sainz y Merhi en un gran detalle de la organización. Y es que la afición a la F-1 sigue siendo importante en España, a pesar de los resultados, con 86.700 personas ayer en la gradas del Circuit de Barcelona y un total de 188.960 en los cuatro días. El pasado año hubo 91.480 el domingo de carrera. El próximo año más. Y mejor.