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Punto de inflexión

El GP de España reto clave para las aspiraciones de McLaren

En Australia se quedaron a dos segundos de entrar en la Q2 y en China les han faltado sólo tres décimas, pero aún están muy atrás. Barcelona, siguiente paso adelante.

ShanghaiActualizado a
COMPLICADO. El inicio del nuevo proyecto con McLaren Honda no está siendo nada sencillo para un piloto ganador como Alonso, en la imagen ayer con Ron Dennis.
Getty

Hay quien dice que cuando Alonso llega, el paddock tiembla. Y es cierto. Todos se giran, todos miran hacia donde está la sonrisa de este asturiano en busca de un sueño. Tenemos la inmensa suerte de que el mejor piloto del mundo es español, pero también la desgracia de vivir en un país en el que la mediocridad es virtud. En estos momentos se suceden las críticas hacia el doble campeón del mundo. Normales. Lógicas. En muchos casos reflejan la realidad. Fernando está luchando por los últimos puestos y eso no es admisible.

El cuadro es feo. Mucho. Pero a veces hay que mirar las cosas con perspectiva, algo que no se suele hacer en España. Y es que en nuestro país la mayor parte de la gente prefiere ser segundo, tercero o quinto antes que intentar luchar por el primer puesto. ¿Para qué buscar ser jefe si se vive muy bien obedeciendo órdenes? Por ejemplo. Y ahí es donde está Alonso. Porque ha decidido que prefiere ser último o penúltimo durante los primeros grandes premios de la temporada en McLaren Honda, con un proyecto en el que confía para ganar el Mundial el próximo año, que haber continuado en Ferrari con un coche mucho mejor pero que no le permitiría lograr el título. “No quería ser segundo otra vez”, dijo. Ésa es la situación.

Pero también es verdad que la paciencia no es infinita. Ni dentro del equipo ni en el caso de Fernando. Y el GP de España es el límite. Ayer, cuando se le rompió el motor con sólo dos minutos de sesión, pensaba en el circuito de Barcelona y en la afición. Ahí Fernando quiere estar ya entre los cinco primeros, quiere dar espectáculo a su gente. “Es que vienen a verme”, ha dicho el asturiano. Y le responsabiliza. Pero su coche ha mejorado. Lo explicaba Alonso: “El progreso ha sido otra vez muy grande. Estábamos a casi tres segundos en Malaisia, ahora estamos a dos de los líderes y a dos o tres décimas del grupo intermedio. Por tanto, hemos ganado otro medio segundo o seis décimas; ahora es fácil porque nuestro nivel es muy bajo pero siempre es reconfortante ver que la dirección es la correcta y que lo que estamos haciendo nos da más prestaciones”. Y es cierto. Más allá de la distancia con Mercedes, que también se reduce, hay que tener en cuenta que en Australia el coche de Alonso (allí lo llevó Magnussen) se quedó a 2,047 de entrar en la Q2 y en Sepang a 1,9 mientras que en China fue a 0,377. Y de los líderes a 3,451 en Albert Park, a 2,4 en Sepang y en Shanghai a menos de un segundo, aunque con los neumáticos blandos. Siempre teniendo en cuenta los datos de la Q1.

De cualquier manera, en el equipo siguen con muchos problemas de fiabilidad y rendimiento, aún con 100 CV menos que el resto y sin poder liberar todo el potencial del propulsor Honda. Poco a poco lo van haciendo y Alonso sólo espera que en ese momento no tenga que salir desde el pit lane porque lleve un propulsor nuevo.

Ayer estuvieron a punto de poner el cuarto de los cinco que finalmente dejará la FIA. Fernando no quiere que le pase en Mónaco, pero sobre todo en Montmeló. Quiere seguir demostrando ante su gente, en su país, que es el mejor. Demostrar que seguir confiando en él es la mejor opción. A pesar de los pesares...