Fernando Alonso está ahora ante uno de sus mayores desafíos

Es el gran día. Ha pasado más de un mes desde su accidente en los entrenamientos de pretemporada en Montmeló, pero Fernando Alonso vuelve a la Fórmula 1. Será protagonista destacado del GP de Malaisia, segunda prueba puntuable de un Mundial que tuvo que arrancar sin él en Australia.

Debemos suponer que atrás queda lo peor, su recuperación completa parece un hecho y hoy ha superado un nueva revisión médica y ya tiene la autorización de la FIA para correr en Sepang. Pero posiblemente lo más difícil para él esté por llegar

A continuación, le espera otro compromiso delicado. La Prensa le aguarda en la habitual comparecencia de los pilotos destacados antes de los primeros entrenamientos del viernes y allí deberá responder a muchas preguntas, quizá demasiado incómodas la mayoría. Todavía quedan muchos detalles por esclarecer sobre lo ocurrido el 22 de febrero en el circuito de Barcelona y no será fácil para el asturiano dar respuesta a algunas de ellas. Eso sí, el equipo ya ha adelantado que una vez finalice la rueda de prensa oficial su piloto declinará contestar a cualquier cuestión que considere oportuno y que se salga del propio desarrollo del gran premio en Sepang.

Y justo cuando acaben esos trámites, quizá empiece lo peor para un ganador como él. Su situación ha acaparado mucha de la atención general que, en condiciones normales, se hubiera depositado en la grave crisis que atraviesa su escudería. En Melbourne, sólo el coche de Button logró acabar la carrera (Magnussen ni siquiera la empezó) y lo hizo doblado dos veces por el ganador, Lewis Hamilton. Parece poco probable que en las dos semanas que han transcurrido desde entonces, el MP4-30 haya evolucionado de forma significativa para ser más optimistas.

Sin saber qué ocurrirá con los Manor (en su debut no pudieron estar en pista), no sería de extrañar que los dos McLaren ocuparan la última fila de la parrilla de salida, una posición en la que Alonso no se encuentra desde sus inicios en los grandes premios... y en contadas ocasiones. Pasar a la Q2 sería un éxito que, a día de hoy, roza la utopía y que tan sólo adelanta las complicaciones que también sufrirá en carrera.

Sepang es un circuito exigente con los pilotos y las máquinas, con altas temperaturas y elevada humedad; si a ello sumamos el planteamiento de supervivencia que tendrá que aplicarse Alonso, podríamos decir que se enfrenta a una de las carreras más difíciles de su vida. A por ella...