Laia Sanz: “Es más probable ganar en coche que en moto”

Laia Sanz está acostumbrada a demostrar que sus límites encima de la moto parecen casi infinitos, pero su portentosa actuación en el Dakar ha terminado con los adjetivos para la catalana. Novena en la general de dos ruedas, la mejor clasificación de una mujer en toda la historia del mítico raid. Pese a su excepcional rendimiento, Laia aún no ha podido digerir bien su actuación como reconoce en la entrevista con AS pocas horas después de finalizar la carrera.

—Tras asimilar lo conseguido en este Dakar, ¿qué sensaciones le quedan?

—Ni yo misma me lo creo mucho. Supongo que cuando empiezas a pensar… cuando estás en carrera, haces el quinto en Iquique, pero no puedes disfrutarlo, porque al día siguiente hay etapa. Ahora es el momento de disfrutarlo, eso y otras cosas como el octavo de Copiapó, todos los días menos uno entre los veinte primeros. Yo creo que me voy a ir dando cuenta a medida que pasen los días.

—¿Es consciente de que ha hecho historia?

—Tampoco me lo creo mucho. Aunque no hubiese hecho historia porque hace años una mujer hubiese hecho otra gesta, es igual. Un resultado tan bueno en un Dakar, en una prueba tan dura, está muy bien.

—Con todos esos títulos mundiales que tiene almacenados en casa, ¿cree que esta actuación en el Dakar es lo más grande que ha hecho?

—Yo creo que sí. También le doy mucho valor a los títulos en el trial, o luego pasar al enduro y, sin tener ni idea en tres años ganar el Mundial. Pero esto es grande. El Dakar es una de las carreras más importantes del mundo. Una carrera que todo piloto sueña con hacer, y yo he estado ahí, en los diez primeros.

—¿Le da más importancia por la dimensión de la carrera, o por el esfuerzo realizado?

—Por la dimensión también, porque está claro que es algo único y grande, pero también por el esfuerzo. Sobre todo por estos quince días de sufrir. Pero también ha llegado gracias al trial y todo lo otro. Por eso también le doy mucha importancia.

—¿Qué le ha aportado para culminar esta gesta su experiencia y todos los años en el trial y el enduro?

—El trial es vital. Es el deporte del motor más difícil que existe, y que te da una técnica muy importante. Aunque yo no tenga la velocidad que tienen otros, esa técnica te permite no cansarte mucho, pasar bien los días difíciles, y creo que el trial te enseña mucho a gestionar la carrera, a pensar y a tener la cabeza fría. El enduro luego me ha permitido coger velocidad. El trial te da mucha técnica, tacto y feeling, pero te falta la velocidad. Todavía me falta, pero cada vez voy más rápida.

—¿Ha tocado techo, o se puede llegar más allá?

—No sé, porque el año pasado pensaba que había tocado techo, y se ve que no era así. Pero me pongo a pensar, y creo que superar lo de este año va a ser muy complicado.

—¿Es una utopía pensar en luchar por el triunfo?

—Eso sí que no. A lo mejor se podría mejorar un poco, pero a lo mejor, incluso mejorando, haría el mismo resultado. Porque el Dakar es una carrera traidora. Un año lo haces muy bien y haces el quince o el veinticinco porque te ha pasado cualquier cosa, y otro lo haces peor y haces el diez o mejor. Puedo mejorar como piloto, pero no sé si podré mejorar el resultado. Lo veo difícil, porque ha ido todo perfecto este año. He sido constante, no he cometido errores, la moto ha ido perfecta y no he tenido problemas. Y eso es difícil en esta carrera. Ahora ya, no sé, hay que buscar un coche o algo así.

—¿Qué objetivo se marca a partir de ahora?

—De momento, descansar. Hay que asimilar muchas cosas y tomar las decisiones. Pero en un futuro, claro que me gustaría correr en coche.

—Stéphane Peterhansel, Nani Roma, ahora Cyril Despres... El propio Marc Coma anda dándole vueltas. ¿Es el paso lógico de los pilotos de motos del Dakar ir a los coches?

—Sí. Soy joven todavía, pero es lo que me gustaría en el futuro. No me marco plazos, pero espero que surja la ocasión. Está difícil, pero si me saliese esa oportunidad, está claro que lo haría, es algo que me atrae. De momento voy haciendo mis pinitos y lo que puedo. Soy una quemadilla y ojalá me saliese una opción de hacerlo.

—Ahí sí que tenemos el antecedente del éxito de la piloto alemana Jutta Kleinschmidt, que logró el triunfo absoluto en la edición de 2001 al volante de un BMW. ¿Sería ese un objetivo más factible que ganar en motos?

—Primero tendría que probar cómo se me da. Pero es más factible ganar en un coche que en una moto. Eso está claro. No hay la diferencia física que existe en la moto. Luego, hay que tener las manos, que no sé si las tengo. Pero creo que el hecho de haber corrido en moto, de haber hecho trial, de conocer bien la carrera, sería una ventaja.

—Pilotando un coche la hemos visto en alguna oportunidad pero, ¿ha probado algún coche del Dakar?

—No. En un día de descanso, hace un par de años o tres, me subí con Nasser Al-Attiyah, hace ya más tiempo también con Nani Roma, y me gustó mucho. Ojalá algún día pueda probarlo. De momento me subo en un Seat, pero sí que me gustaría hacerlo. No me marco un plazo concreto, porque ahora es difícil que una marca te fiche, casi imposible. Hace años era más fácil por los patrocinadores, y los pilotos de motos podían hacer una formación, horas, pero ahora es bastante más complicado. Hay que esperar la oportunidad.

—Carlos Checa me dijo que lo que te ofrece la moto no te lo da un coche. ¿Coincide usted con él?

—El Dakar más auténtico es en moto. Creo que, por ejemplo Carlos Sainz, debería hacerlo en moto alguna vez, para conocer realmente lo que es, las aventurillas de arreglártelas tú solo. Es chulo y te da una satisfacción especial. Es lo más duro, aunque creo que en coche también es muy duro.

—Para finalizar y pasando al plano más personal, con tanto ajetreo de carreras, ¿ha pensado en formar una familia y tener hijos?

—Está complicado. Mientras siga en las carreras, eso queda un poco aparcado. Los pilotos hombres lo tienen más fácil, pero las chicas lo tenemos mal. De momento estoy bien haciendo lo que hago. Se puede esperar.