Laia Sanz: "No quiero ver la moto en un mes"

-Ha hecho historia. ¿Cómo se siente?

-Muy contenta. Todavía no me lo puedo creer, y era algo impensable antes de empezar este Dakar, y más con lo duro que ha sido. El año pasado ya no me lo creía, así que ahora, menos todavía.

-¿Ha sido más duro que el año pasado?

-Yo creo que las etapas en sí fueron muy duras también el año pasado, pero yo creo que se ha convertido en más duro porque hemos tenido menos tiempo de descanso, hemos cruzado cuatro veces los Andes, la altura, el frío, el calor…con todo junto, a mí se me ha hecho más largo este año.

-¿Ha conseguido más de lo que esperaba?

-Sí. Mucho más. Creía que repetir estar en el top veinte como el año pasado sería difícil. Lo veía posible, pero difícil, y la verdad es que no me lo esperaba.

-¿Qué ha cambiado para dar este gran salto?

-Yo creo que ha sido un poco todo. Venía con un poco más de experiencia. El buen resultado del año pasado me dio confianza. Y sobre todo la moto, el equipo, y el haber tenido una moto desde agosto, que no me había pasado nunca. Estar en Marruecos un mes entero entrenando, correr en Marruecos, en Merzouga…al final todo esto se nota.

-¿Qué sensación tiene ahora?

-Estoy reventada. Muy cansada. Pero ha merecido la pena el esfuerzo.

-¿Y ahora?

-Ahora mi meta es coger vacaciones y no ver una moto durante un mes.

-¿Y luego? ¿Qué plan tiene para este año?

-Es que no lo sé. No sé nada. Dijimos que ya hablaríamos después del Dakar, y ahora habrá que sentarse, hablar y pensar.

-¿Qué nuevas metas se marca?

-Creo que hemos hecho grandes cosas en el Dakar, aunque hay por ahí quien tiene otros datos. Es igual, porque también son épocas diferentes, y tampoco hay que andar comparando.

-¿Por qué ha perdido el octavo puesto?

-Había mucho barro, y me he caído dañándome el hombro y el manillar, pero me extraña que en 15 kilómetros me haya sacado ocho minutos. No pasa nada, pero lo hemos tenido tan cerca, que fastidia un poco. Pero estoy muy contenta. P.