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Motociclismo | Un novato en el Mundial

Jorge Martín: 'No tenemos más madrileños por falta de ayudas'

Jorge Martín debutará en 2015 en Moto3, un gran paso que se temió que nunca llegara, entre otras razones, por no poder entrenarse en el Jarama.

Actualizado a
CON SU JEFE. Jorge Martín junto a una foto de su jefe, Aspar, que adorna las paredes del túnel de acceso al circuito del Jarama.
JESUS AGUILERADIARIO AS

Entre los 22 españoles del Mundial 2015, hay al fin un madrileño, lo que no sucedía desde Fonsi Nieto, retirado al acabar 2010. Se llama Jorge Martín, tiene 16 años (29-1-98), vive pegado al Jarama y tras el título en la Red Bull Rookies Cup llega al Mapfre Aspar de Moto3. Conviene ir conociéndole...

—¿Por qué no hay más madrileños en el Mundial?

—Mi familia ha peleado, la única en Madrid últimamente, y supongo que es por la falta de ayudas en comparación con los catalanes o los valencianos. Por eso no hay más madrileños.

—Eso es algo de lo que han hablado siempre también los toledanos Bautista y Simón. ¿Qué es lo que más echó en falta?

—Apoyo económico y estructural, porque no hay circuitos y no puedes entrenar como lo hacen los de Cataluña o Levante. En la zona centro es mucho más complicado prepararnos.

—¿Le parece ridículo vivir pegado a un circuito como el Jarama y no poder entrenar ahí?

—Pues sí. Vivo en la urbanización de al lado, pero no puedo entrenar por el tema del ruido. El siguiente circuito lo tengo a hora y media, un kárting que hay en Segovia, el Karpetania, donde sí me apoyan. En el Jarama rodé antes del parón. Hice la última carrera que se hizo aquí, con la Metrakit de 70cc.

—Lo que para otros vecinos era ruido, ¿qué suponía para un niño que soñaba ser piloto?

—Yo me despertaba con el sonido de los motores y eso para mí era música celestial.

—Su estreno mundialista llegará el 29 de marzo, pero ya vive como tal. ¿Cambios?

—Se te acerca más gente y te hablan más que antes. Yo no hago mucho caso y sigo con mi vida normal, yendo a clase (estudia 1º de Bachillerato), aunque sí he cambiado la manera de entrenar.

—¿Qué exigencia física requiere el salto al Mundial?

—Antes entrenaba un poco de cardio y con eso me bastaba para salir a la pista, pero ahora hago eso, fondo, equilibrio y toda clase de ejercicios para fortalecer todo. Voy al gimnasio todos los días dos o tres horas. Y mi padre me lleva los fines de semana a hacer un día de moto, a Segovia o al circuito de motocross de Valdemorillo.

—Se está rodeando de profesionales de nivel y su representante es Albert Valera, el de Lorenzo y Aleix. ¿Cómo surgió?

—Tenía una representante que no entendía demasiado de este mundillo y fue ella la que contactó con Albert, consiguiendo que se fijara en mis carreras y a partir de la del CEV que hice en Montmeló pensaron que valía y me han ido apoyando.

—Eso le ha llevado a conocer bien a Lorenzo y a Aleix...

—¡Sí! He podido hacer dirt track con Aleix y he estado en casa de Lorenzo, para hacer físico y moto. Es increíble entrenar con ellos. No te esperas que vayan tan bien. Te picas contra ellos, pero es alucinante al ritmo que van. Y me dan consejos, como que tenga cuidado con lo que le digo a los periodistas y detalles técnicos.

—¿Por ejemplo?

—Mi postura es más con el culo en la moto y tirándola mucho, así que Lorenzo me dice que me tire yo más y tumbe menos la moto, porque así gira igual y es menos peligroso.

—¿Cómo se asume en la cabeza de un chaval de 16 años un paso tan grande como éste?

—Siempre he querido esto, pero era muy difícil que sucediera. No fue hasta ir a la Rookies Cup cuando vi que estábamos más cerca y ganarla era lo que necesitaba para subir.

—En 2013 fue segundo. ¿Una decepción no subir entonces?

—Cuando hice segundo y vi que nadie apostaba por mí, tuve miedo de no llegar nunca al Mundial. Me preguntaba qué más tenía que hacer y entendí que en mi tercer año no me quedaba otra que ganar. De no haberlo hecho, supongo que ahora estaría en casa.

—¿Temió en algún momento que no hubiera futuro?

—Antes de entrar en la Rookies Cup, sí. Sabía que era nuestra única opción, porque ahí no pagas por correr.

—¿Su trayectoria hasta ahí?

—Empecé con siete años, yendo con mi padre a los aparcamientos. Con ocho hice octavo en el campeonato de Madrid alevín de minimotos. Lo gané al tercer intento, y luego fui subiendo a 70cc, 80cc, PreGP y la Rookies. Nunca corrí un campeonato completo, salvo la Cuna de Campeones de Valencia.

—La Rookies está nutriendo al Mundial últimamente...

—Sí. De ella hemos salido Zarco, Salom, Hanika, Miller... Aprendes a ir rápido con una moto igual para todos y sin telemetría. Es puro pilotaje, mientras que en el CEV está la Honda y el resto de motos.

—¿Por qué el Mapfre Aspar y no el KTM Ajo como otros campeones de la Rookies Cup?

—En Silverstone, que fue perfecto para mí, se interesó Aspar por mí. En un principio quería hacer el CEV, pero yo quería el Mundial y se han arriesgado conmigo. Es un equipazo que ha ganado mucho y espero estar a la altura de un equipo así. Y luego está el plus de alguien como Aspar, que me sigue desde la vía de servicio y me dice lo que tengo que mejorar, y el del equipo, porque es una familia.

—Apuestan por la Mahindra…

—Es un equipo de fábrica y se ve muy involucrada a la marca. Está mejorando respecto al pasado. Lo que más me gusta de la moto es su chasis. Es increíble lo que se puede tirar, la manera de frenar y abrir gas. En curva es increíble. Le falta un poco de motor, que se está mejorando y el del año que viene es fuerte. Corre mucho, pero aún tiene poca durabilidad.

—¿Qué balance hace de sus primeros kilómetros?

—Habré hecho 3.000 ó 4.000, con varias caídas, y compartir pista con los mundialistas es… La primera vez en Jerez no me lo creía. Era en agua y fui el más rápido. Sólo era una sesión en agua, pero me hizo ilusión.

—¿Objetivo para el debut?

—Lo puedo hacer bien y podría acabar entre los diez primeros. Me han pedido calma, pero trabajaré para conseguirlo.

—¿Está preparado por si los resultados no son lo deseado?

—Vengo de ganar y sí preocupa llegar a Qatar y ser vigésimo… Pero quiero estar en los puntos desde la primera carrera. Nunca me he visto atrás y lo mismo me vengo abajo si sucede, pero prefiero no pensar en ello. Tengo dos años de contrato y eso me da tranquilidad. Mi sueño es ser campeón de todo, pero vamos a empezar por intentar serlo de Moto3.

—¿Qué le dice a los chavales que sueñan con una oportunidad como la suya?

—Que es muy difícil, pero que entrenen duro y vayan subiendo peldaño a peldaño. Yo he luchado mucho, pero siento que, tras el esfuerzo de mis padres y el mío, me ha tocado la lotería por esta oportunidad. Mis padres se han gastado como 150.000 euros en mi carrera, y eso es mucho. Aunque ellos no quieren, me gustaría darles algún día todo tipo de lujos y que no les faltara de nada gracias a mí.