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GP de Abu Dhabi

Nico Rosberg ambiciona ganar un imposible desde la pole

El alemán saldrá primero buscando el milagro de impedir que Lewis Hamilton, segundo, consiga otro título mundial. Fernando Alonso iniciará octavo su última carrera con Ferrari.

Actualizado a
Hamilton tendrá que defender sus opciones frente a su compañero Rosberg y su pole.
Getty

Al final del camino sólo queda el último paso. Bandera a cuadros de un año interminable. Y están ellos. Tienen que agarrar las entrañas, dominar los nervios que les atenazan, salir a la pista y volar. Como suelen. Como saben. Y después de tanto trabajo, tanto talento derramado en la pistas, después de 5412 kilómetros, 1079 vueltas, después de 18 grandes premios ya sólo queda el 19, el más importante, el que vale el doble que el resto, el definitivo, el momento del viaje. Abu Dhabi.

El destino que comenzó en Australia un día de marzo en un parque cuando descubrimos que la Fórmula 1 era un deporte en el que jugaban once equipos y ganaban, ganarían siempre los alemanes. La nueva F-1 de las unidades de potencia ha sido sobre todo y ante todo la de Mercedes y sus coches voladores. Y salvo excepciones a la regla en forma de un australiano que ha sorprendido a la sorpresa llamado Ricciardo, algún vestigio del Vettel que fue o el talento increíble de Alonso, más allá de los Williams que volvieron a ser protagonistas con Bottas y Massa, este ha sido el año de Hamilton y Rosberg.

Y ahora llega el instante que todo lo puede. El final. Y ahí están ellos dispuestos a darse un abrazo cuando todo terminé tras un año en el que convirtieron un amistad del karting y la adolescencia en un tratado de cómo ser enemigo íntimo del rival. Ayer, las sonrisas de las reporteras, los saludos a los pilotos contrastaban ayer bajo los focos con los intentos de mantener la felicidad aparente en el rostro pétreo de los dos pilotos de plata. Ninguno sabe lo que va a pasar.

Si Hamilton es favorito porque, en principio, solo podría un error propio o una avería de su Mercedes le podría hacer perder el título, también sabe que las cosas pasan y tres abandonos brillan como una amenaza de tinieblas en su palmarés del año. Pero no tanto como las diez victorias que se ha regalado esta temporada. Y los 17 puntos que le lleva a su colega alemán. Mientras, Rosberg mira a los astros en busca de ayuda y se limita a hacer todo lo que puede aunque quizá sea demasiado tarde. Saldrá desde la pole dispuesto a ganar y esperar que el destino le sea propicio. Poco más puede hacer.

En esperar está la esperanza y ahí se encuentra Bottas y su Williams. Saldrá tercero el finlandés dispuesto a no meterse en líos, pero a hacer su carrera. Si gana Nico, el británico debería ser tercero para no convertirse en bicampeón. Como les digo, un error o una avería. Ayer le preguntaban a Hamilton si sería él mismo en la pista o cambiaría para ganar el título. “Si, es verdad, mi estilo es ese salir a volar siempre, pero veremos en la carrera”, respondía el talentoso campeón del 2008. Otra opción son los temblores. Más esperanza para Nico. Como en 2007, cuando se equivocó de botones al verse adelantado por Alonso en la primera vuelta de Interlagos o los fallos en la lluvia brasileña en 2008 cuando Massa casi le quita el único campeonato que guarda en las vitrinas de su casa de Mónaco. Lejos de todo, harto de tanto hartarse, perjudicado otra vez por una nueva indecisión del equipo con el que soñó, Alonso saldrá décimo a disfrutar de su última carrera con Ferrari. Si puede. Espectador de lujo de una lucha que una vez fue la suya. Esperando el regreso…