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DAKAR

Carlos Sainz: “El objetivo es ganar a los 4x4 con un buggy”

El madrileño trabaja en las instalaciones de Peugeot en últimar detalles del coche con el que intentarán acabar con la hegemonía de los rivales con tracción total.

ParísActualizado a
Carlos Sainz, junto a su coche en las instalaciones de Peugeot en Francia.
Pipo López

—¿Qué cualidades destacaría de su nuevo Peugeot?

 —Se trata de un chasis monocasco autoportante, como los que se utilizan en los monoplazas de circuito. Por ello, la suspensión trasera forma parte del chasis y está montada sobre el cambio. De este modo se ha conseguido un mejor reparto de peso, es menos ancho que los otros buggys y más corto, para intentar acercarnos a los coches de tracción total en los caminos. El año pasado perdíamos unos dos segundos por kilómetro en ese terreno y con este revolucionario diseño esperamos perder menos.

—¿Cuáles son las ventajas de apostar por un buggy?

—El buggy va mejor fuera de pista, en las zonas rotas y también las dunas. Tiene mayor recorrido de suspensión, ruedas de mayor diámetro, dispone de un sistema de inflado de los neumáticos desde el habitáculo y menos peso. Pero nosotros en este primer año estamos lejos del límite de un coche de este estilo. Entre otras cosas porque el chasis está muy reforzado para soportar el brutal esfuerzo al que se ve sometido por unas ruedas tan grandes y tan pesadas y el trabajo de las suspensiones. Nuestro reto es conseguir un buggy que vaya lo mejor posible en caminos, sin perder las ventajas fuera de ellos.

—Da la impresión de que el habitáculo es bastante pequeño. ¿Es así realmente?

—De hecho, a mí me gusta conducir con las piernas estiradas y se ha trabajado bastante en la posición de conducción para mejorar ese aspecto. Pero no es para nada incómodo. He buscado el mejor compromiso entre prestaciones, confort y seguridad.

—¿Cómo lo compararía con sus anteriores coches?

—El motor es más parecido al del Volkswagen, ya que es diésel, un V6 biturbo de 340 caballos y con cambio secuencial de seis velocidades. Pero la conducción no tiene nada que ver, aunque es más controlable en caminos. El más extremo era el buggy de Al Attiyah con el que corrimos hace dos años. El gran reto de Peugeot es intentar ganar a los 4x4 con un buggy. Desde que lo hizo Schlesser en el año 2000 nunca ha vuelto a ganar un buggy, y hoy por hoy es más difícil triunfar con este vehículo de dos ruedas motrices.

—¿Y cómo evoluciona el proyecto de Peugeot?

—Yo fui el primero que lo condujo y en la segunda curva ya estuve a punto de ponérmelo por montera. Era demasiado alto y muy difícil de conducir, pero cada día esta yendo mejor. Hemos completado unos siete mil kilómetros de tests, aunque en tandas cortas, y nos queda por hacer el último en diciembre, en Marruecos, donde tenemos que verificar la fiabilidad de todo el conjunto. Será determinante para conocer nuestras opciones reales en la carrera. Mi objetivo es salir a ganar, pero debemos ser realistas y prudentes. Hemos tenido poco tiempo para evolucionar el coche.