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Fórmula 1 | Campeonato del Mundo

El conflicto bélico en Ucrania cuestiona el GP de Rusia

La tragedia del vuelo de Malaysia Airlines recrudece el debate sobre la conveniencia de competir en el circuito de Sochi, empezando por Mercedes y su patrocinador.

BudapestActualizado a
ACTORES DECISIVOS. Bernie Ecclestone y Vladimir Putin, los encargados de alcanzar el acuerdo por el que Rusia tendrá su GP.
Reuters

La masacre del vuelo MH17 de Malaysia Airlines cometida, según diversos expertos, por rebeldes partidarios de Rusia dentro del conflicto que mantienen con Ucrania, ha provocado críticas de toda la comunidad internacional hacia la política de Vladimir Putin por su posible influencia en el terrible suceso. Y la Fórmula 1 tampoco es ajena al suceso. De tal manera, la Comisión Europea ya ha adelantado su intención de promover sanciones económicas contra Rusia por valor de más de 10.000 millones de euros al año, a pesar de la necesidad del gas ruso en la mayor parte del continente. Algo similar ocurre al otro lado del Atlántico, con Estados Unidos. Y, sobre todo en Gran Bretaña se suceden las voces que piden la suspensión del próximo GP de Rusia, en el circuito de Sochi, en señal de protesta por la política que está llevando el presidente de aquel país en este conflicto.

“Si bien no estoy particularmente a favor de la cancelación de eventos deportivos, en este caso hemos sufrido el asesinato de 298 ciudadanos. No puede ser defendido como un acto guerra y la Fórmula 1 debería reflejar este hecho, servir como protesta”, ha declarado en el ‘Daily Mail’ el diputado conservador David Davis, que fuera ministro de Asuntos Exteriores de Reino Unido. Otro tanto opinan los liberales.

También ha demostrado su disconformidad con el hecho de tener que ir a Rusia uno de los patrocinadores más importantes de los grandes premios en la actualidad: Petronas. La petrolera malaya, la compañía que más aporta a la escudería Mercedes (que también ha dejado entrever cierta incomodidad por tener que competir en Sochi en las circunstancias actuales), ayudará a las familias de las víctimas con una aportación de casi dos millones de euros y se plantea además una queja formal u otro tipo de medidas. “La opinión pública no aceptará fácilmente los aplausos a Putin en esa carrera”, decía Menzies Campbell, diputado liberal inglés.

Quien parece no tener ningún dilema moral en ese sentido, como casi siempre en estos casos, es Bernie Ecclestone: “No veo ningún problema en ir. No estamos involucrados en política. Tenemos un contrato con ellos. Lo respetaremos al cien por cien y estoy seguro de que también lo hará Putin. Él ha sido un gran apoyo para nosotros”.

Mientras, en la FIA se limitan a decir que no se debe “mezclar política y deporte”. De manera similar se pronuncio su presidente, Jean Todt, cuando la FIM decidió, el pasado abril al comenzar el conflicto en esta misma zona, suspender la prueba del Mundial de Superbike que se iba a disputa en Moscú el próximo 21 de septiembre, justo tres semanas antes de que se celebre el gran premio de F-1.

En el paddock crece el temor por el GP de Rusia, más aún después de la suma de incidentes aéreos de esta semana con el caso del Boeing 777 de Ucrania, la catástrofe de TransAsia en Taiwan y la desaparición del avión de Air Algerie ayer mismo en Malí, tres en siete días, aunque sólo en el caso que nos ocupa parece haber habido un claro componente político deplorable. Los equipos aún no se han pronunciado al respecto. Y recordemos que Ecclestone firmó con Rusia un contrato de 150 millones de euros por cinco años.