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Motociclismo

Este ritmo coronaría a Márquez como campeón en Alcañiz

Seis victorias más consecutivas del piloto catalán le harían campeón en Aragón independientemente de que Rossi o Pedrosa fueran segundos en todas las pruebas.

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Este ritmo coronaría a Márquez como campeón en Alcañiz

Viendo el discurrir de las ocho primeras carreras de la temporada de MotoGP, todas ellas rematadas con victorias de Márquez, no es descabellado pensar que, ahora que vienen circuitos más favorables para él que los tres últimos, pueda mantener ese ritmo de triunfos. Pues bien, si eso sucediese, seis victorias más, dos menos de las que ya suma este año, le coronarían en Alcañiz, convirtiendo en un trámite las cuatro últimas citas.

El campeón ha llegado a Sachsenring con 72 puntos sobre sus más inmediatos perseguidores, Rossi y Pedrosa, así que, si volviera a cruzar la línea de meta primero en Alemania, Indy, Brno, Silverstone, Misano y MotorLand, renovaría el título en el GP de Aragón independientemente de que Valentino o Dani las terminaran segundos.

Se trataría, sin duda, de una barbaridad aunque no de algo inédito en MotoGP, El Doctor ya ganó en 2002 con cuatro carreras de antelación. En su caso, se coronó en Brasil, quedando como anecdóticas las pruebas de Japón, Malaisia, Australia y Valencia. Son exactamente las mismas que le sobrarían a Márquez, cambiando sólo el orden entre Sepang y Phillip Island, este año se corre antes en el trazado australiano que en el malayo. Por seguir comparando su gran año con aquella barrida del italiano, decir que entonces Rossi firmó once victorias y terminó con 145 puntos de renta sobre el siguiente, Biaggi.

Ni qué decir tiene que Márquez no se lo plantea y que su objetivo es seguir disfrutando, aunque sea con carreras tan sufridas como las de Mugello, Montmeló y Assen pero, puestos a hacer cábalas numéricas, tampoco sería de extrañar que renovara la corona incluso una carrera antes, en Misano. A día de hoy parece más difícil que Rossi o Pedrosa sean capaces de hacer seis segundos consecutivos que el hecho de que el pupilo de Alzamora amplíe su secuencia hasta las trece o catorce victorias seguidas. El campeonato no tiene emoción, pero sus carreras sí. Extraña antítesis, pero muy cierta.