Márquez se lleva la victoria en un precioso duelo con Pedrosa

Parecía que lo habíamos visto todo en Mugello hace dos semanas. Parecía que era imposible poder disfrutar más que en aquella carrera en la que Márquez y Lorenzo pelearon a brazo partido por una victoria que se quedó Marc, la sexta del año. Pero sólo lo parecía, porque Montmeló fue aún mejor, con un duelo a tres bandas en el que repitió el joven campeón y al que se le sumaron Pedrosa y Rossi. Así de bonito es MotoGP esta temporada, una auténtica bomba para el espectáculo que tiene en el pupilo de Alzamora a su detonante.

El ilerdense ya hizo el año pasado que se tambalearan los cimientos de la mismísima clase y éste está dispuesto a arrasar con todo. El sábado se le escapó la pole, pero el domingo no estaba dispuesto a privarle a sus numerosísimos seguidores de una victoria justamente en casa. Y la consiguió porque es un casta que no especula ni siquiera con dos carreras de ventaja a su favor, porque no entiende de calculadoras y porque estaba dispuesto a gastar, aunque fuera con una caída, uno de esos comodines con sonrisa de Joker, como la suya, que se guarda en la manga.

A que fuera más épica su séptima victoria consecutiva de la temporada ayudó la férrea oposición que encontró en Pedrosa, imperial por momentos y más agresivo y decidido que nunca, y un chaval de 35 añazos que sigue vivito y coleando por mucho que a veces se hayan empeñado en enterrarle antes de tiempo. Es Rossi, el mismo que llevó el peso de la prueba durante gran parte de la misma, a lo que ayudó una gran salida que le puso segundo y un pasadón a Lorenzo para ponerse líder. La única pega que se le puede poner a una carrera así de hermosa es que Jorge no aguantara con los tres de cabeza hasta el final. Salió como un disparo y pasó a Pedrosa con un precioso exterior, pero la potencia a la salida de las curvas de su Yamaha hacía que su mecánica fuera demasiado nerviosa, y a eso se sumó que el neumático delantero no le generase la confianza necesaria.

Para Rossi, en cambio, la bajada de temperatura fue una gran noticia y ni si quiera la caída sufrida en el warm up alteró su plan de ir a por la victoria. La tuvo más cerca que otras veces, sobre todo cuando llegó a gozar de un segundo de ventaja sobre Márquez después de que se colara a final de recta. Cuando volvió a la pista, el campeón cedió el paso a Rossi y Pedrosa para que no le sancionaran, volviendo luego inmediatamente a la carga.

No fue la única vez que se cedieron voluntariamente posiciones, porque Márquez y Pedrosa lo hicieron vueltas después, al entender que habían adelantado a Rossi con bandera amarilla. Ambos levantaron la mano y ralentizaron la marcha para que les pasara Valentino, lo que sirvió para que Lorenzo también se uniera a ellos por unos instantes.

El espectáculo estaba siendo colosal, pero lo mejor estaba por llegar en la última vuelta. Empezó con Márquez y Pedrosa al frente, protagonizando ambos cuatro intercambios de posiciones que pudieron acabar en drama para el Repsol Honda cuando en el último parcial Dani tocó con su rueda delantera la trasera de Marc. Sus trayectorias se cruzaron, a Pedrosa le costó la segunda posición y Márquez dijo con alegría que había sentido el toque, pero que son lances típicos de las carreras, de unas carreras que cada día enamoran más. Gracias a todos por un día así.