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Circuitos

Renault Clio Cup, una escuela para los futuros campeones

AS probó en el circuito del Jarama el nuevo vehículo de la copa monomarca decana en España, el X98, con una mecánica de más de 220 caballos y cambio secuencial.

Actualizado a
CLIO CUP X98. AS probó en el Jarama una de las primeras cuatro unidades que han llegado a España.
Rafa Aparicio

La Copa Renault, el certamen monomarca decano en el automovilismo español, recibe este año un nuevo vehículo, el Clio Cup X98. Una mecánica que incorpora un motor que declara 220 caballos, pero que en banco ha llegado a dar 260, que equipa cambio secuencial con mandos al volante, y un compendio de tecnología que haría desmayarse a los pioneros que en 1969 compitieron con el R8 de 66 caballos en la primera edición.

AS ha probado una de las primeras cuatro unidades que han llegado a nuestro país, la que estrenó el equipo Monlau Competición en los 500 Kilómetros de Alcañiz el pasado diciembre, donde mejoraron la vuelta rápida cuatro segundos con respecto al modelo predecesor. Basado en el Clio Sport, el más deportivo de la gama, cuenta con una esmerada preparación. Además del motor y el cambio ya mencionados, también son específicos las suspensiones, frenos y dirección, además de las preceptivas barras antivuelco y diferentes sistemas de seguridad y equipamiento de competición. La marca lo entrega por 39.950 euros más IVA.

Una vez sentado en el baquet te encuentras un volante con diferentes botones. El azul sirve para engranar punto muerto y marcha atrás, y hay otros para cambiar los reglajes de motor en caso de lluvia, la radio para comunicarse con el equipo o el limitador de velocidad cuando se entra en el pit lane. Para hacerlo andar hay que subir el motor a más de 3.000 vueltas e ir soltando el embrague.

Una vez en marcha, hay que comenzar con cuidado, ya que aunque la mañana era soleada en el circuito del Jarama, el asfalto estaba frío y el Clio equipaba neumáticos de carrera de resistencia, que tardan más en coger temperatura. Una vez en movimiento, ya no es necesario utilizar el embrague para engranar marchas, que se pueden ir insertando mientras pisas a fondo con el acelerador, ni para reducir.

En el tablero hay una banda de luces, que comienzan por el azul, pasando al rojo y que terminan en verde, que es cuando llegas al tope de vueltas. El coche empuja con alegría gracias a su motor turbo, y se muestra muy noble, posiblemente por su generosa distancia entre ejes. Eso sí, no nos libramos de tener un sustillo en las eses de Le Mans, cuando la parte trasera comenzó a derrapar en una de las vueltas.