Barreda lo tiene claro: “El Dakar hay que ganárselo a pulso”

Lo intentará hasta que no queden kilómetros. Joan Barreda (Torreblanca, Castellón, 11-8-1983) sumó en Antofagasta su cuarta victoria de etapa y se jugará con Marc Coma el título en la categoría de motos.

—¿Llega con gasolina suficiente a este final del Dakar?

—Llego bien. Lo que pasa es que perdimos unos minutos en la quinta etapa y es complicado recortar la distancia. Estos días he ido abriendo pista y subiendo el ritmo para tratar de forzar errores, poco más se puede hacer. He hecho un Dakar con un ritmo muy alto y velocidad.

—¿Hay terreno para reducir la ventaja que le lleva Coma?

—Sí, el problema es que Marc también está muy bien. Estamos sacando tiempo a los que vienen detrás. Con la navegación estamos imponiendo un ritmo muy alto, pero Marc también lo está dando todo.

—Cuando se pregunta a otros pilotos por Barreda dicen que es muy rápido, quizá dejando caer que aún debe mejorar en navegación. ¿Qué opina?

—Ya tengo muchos raids y en 2013 también hice muy buenas etapas de navegación. El que ha abierto pista y sin errores, pero con diferencia, más del doble que los demás, he sido yo. Y mostrar un nivel de navegación así es muy, muy difícil.

—Está siendo un Dakar muy duro. ¿Qué le ha dicho a David Castera, el ‘sastre’ que confecciona esta carrera?

—Hablo con él, pero al final buscan eso, aunque quizá este año han llegado al límite.

—Honda llegaba como un ‘Dream Team’, por pilotos y motos, pero al final se ha quedado solo ante el peligro: un duelo bajo el sol entre Marc Coma y Joan Barreda...

—Ha sido así, pero estamos preparados para ese duelo, el Dakar cuesta mucho y hay que ganárselo a pulso. Aquí no regalan nada. Fue una lástima lo de Helder, me hubiera gustado llegar aquí con más motos Honda. Pero no ha podido ser.

—Pese a ello, supongo que le pasa la mano por el lomo a su CRF 450 Rally...

—Sí, la moto va muy bien y sólo tuvimos el problemilla aquel día, lo demás ha ido perfecto. El nivel de la moto es muy bueno.

—Aunque ‘tosió’ un poco cuando subió a 4.000 metros de altura. ¿Tanto sufrió?

—La moto corre mucho menos, del orden del 30% menos de potencia, y es como si tuviera un tope, no tira. Y a nosotros también nos afecta, la sensación es de que todo va más lento, los reflejos no son iguales...

—Como una borrachera...

—Exacto, es una sensación extraña, tu cuerpo no va como quisieras.

—¿Cuál es el mayor susto que se ha llevado? ¿La famosa vaca?

—¡Sí, ese fue bueno! (Risas). Ha sido el mayor, seguro.

—Se dice que usted se cae mucho, supongo que el que no va a tope no se cae. Quizá le pasa algo parecido a Márquez.

—Es que eso es lo que digo siempre, que yo también sé ir diez minutos más lento si quiero. La gente piensa que no sé ir en moto. A veces hay que asumir riesgos para ganar y más cuando hay gente como Marc o Cyril con motos, equipo, experiencia, todo muy probado.

—¿Tiene la sensación de que lo ha dado todo?

—Me siento bien y noto el cariño de la gente. Sí que es cierto que el apoyo está dividido porque hay otro español ahí luchando. Pero veo que a la gente le gusta cómo voy encima de la moto, la forma de leer las carreras, y eso me reconforta.

—El segundo puesto en Valparaíso. ¿Le vale?

—Lo voy a intentar todo, pero hay que ser conscientes de que quedar segundo, viendo el Dakar y el trabajo que hemos hecho, no sabe lo más dulce posible pero es muy buen resultado. Estoy orgulloso del rendimiento.