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RAIDS

Pep Vila: “Este año nos vamos a reír mucho en el Dakar”

El manresano visitó la fábrica madrileña de Iveco, donde se produce el Trakker con el que afronta la undécima participación en el raid.

MadridActualizado a
Pep Vila, con si Iveco para el Dakar.
Iveco

Nos quedamos con la frase de Pep Vila. La dice en Madrid, en un acto promocional de Iveco rumbo al Dakar, pero podría repetirla cuando en apenas dos semanas esté ya en Argentina: "Este año nos vamos a reír mucho". Como titular está bien, sobre todo cuando de lo que hablamos es del Dakar, del raid entre los raids, de la carrera que hace llorar a más de uno. "Han preparado un recorrido con mil kilómetros más de especial que el año pasado, así que se presume que va a haber más movimiento. Además, vivimos un momento muy dulce del deporte español y hay que disfrutarlo. Tenemos opciones en todas las categorías. En motos, con Marc Coma, Joan Barreda, Gerard Farrés, Joan Pedrero, Jordi Viladoms... no me quiero dejar a nadie, pilotos que pueden hacer podios, ganar etapas y esto es algo extraordinario por todo el espectáculo que representa. En coches vivimos un año tan dulce como el de Nani Roma, que ha ganado todas las carreras que ha corrido, con Carlos Sainz, ganador de un Dakar y siempre ahí para ganar etapas, con Xavi Foj, destacado en los coches derivados de serie. Será un año duro, habrá kilómetros, etapas realmente complicadas, han decidido desdoblar la carrera en los primeros días por temas de seguridad. El espectáculo desde el primer día será apasionante y yo, desde atrás, desde donde salimos los camiones, no me lo pienso perder".

Vila vuelve al Dakar, pues en 2013 tuvo que seguir la carrera por la tele. Cuestión de la crisis. La crisis no ha pasado, no vamos a caer en ese debate, pero el de Manresa (10-3-1958) ha encontrado un equipo puntero, ese Team De Rooy que pretende recuperar el título que en la última edición cayó en manos de Eduard Nikolaev y el poderoso equipo Kamaz.

Vila ha visitado en Madrid las instalaciones industriales de Iveco, centro de excelencia mundial de camiones pesados de CNH Industrial. En la fábrica madrileña, donde Pep estuvo acompañado por Ángel Rodríguez Lagunilla, director de la planta, se produce en exclusiva el nuevo camión Trakker, el que pilotará Vila. "Lamentablemente en 2013 no pude competir en el Dakar. Hay veces que no cuentan contigo, cambian de estrategia y yo hasta el último momento pensé que tendría un agujero por el que poder estar, pero al final no pudo ser. Este año vuelven a contar conmigo, es un placer estar de nuevo en el equipo Iveco y hacerlo como escudero de dos cracks como Gerard de Rooy y Hans Stacey, que van con el cuchillo en la boca para poder ganar. Y yo, en mi undécimo Dakar, trataré de poder acabar entre los diez primeros una vez más", afirma Pep.

El rival está identificado. Uno mira al frente y lo tiene claro. Visten de azul, son jóvenes, rusos y muy buenos. Todos contra Kamaz. "Es el gran equipo a batir y el equipo con más presupuesto que hay en el Dakar, entre todas las categorías, coches, camiones, etc... Es cuestión de estado. Ellos tienen que ganar, cualquier otra cosa es un fracaso. En 2012 el primero-segundo por parte de Iveco les sentó fatal y en 2013 atacaron e hicieron una muy buena carrera, incontestable. Yo creo que este año se lo vamos a poner muy difícil, no sólo nosotros sino que también hay que contar con MAN, Tatra, que llevan mecánicas nuevas. Nosotros debemos jugar la carta de la fiabilidad. Llevamos camiones que están en su tercer año, aunque con mejoras, y esto hace que sean fiables. El hecho de que sean más kilómetros, una carrera más larga, debe jugar a nuestro favor. Pero el Dakar no es cómo empieza, sino cómo acaba; un día estás en la gloria y otro en la miseria. Habrá sorpresas", aclara Vila, quien debe llevar 500 o 600 kilos más de peso en piezas en caso de que deba ejercer de camión de asistencia y ayudar a De Rooy o Stacey. "Ellos van con un motor un poquito más apretado que el mío, que es de 900 CV; ellos pasan algo de los 1.000", precisa el piloto español, cuyo mejor puesto en el Dakar fue el sexto puesto en la general de 2011.

A Pep le corresponde la difícil tarea de no correr más aunque por condiciones pueda hacerlo. es decir, gestionar la carrera para estar siempre listo ante un eventual problema de sus jefes de equipo. Pero, realmente, ¿como se lleva lo de poder correr más y pero no poder hacerlo? Contesta Vila: "Yo sólo puedo dar gracias por tener la oportunidad de llevar este camión, porque gracias a que ellos valoran mi experiencia puedo estar en un equipo puntero con un material de primera línea. Eso sí, voy con un hándicap, que llevo más peso. Pero la carrera da muchas vueltas. En 2011, por ejemplo, me quedé sin jefe de equipo al primer día, se hizo daño en la espalda y pude correr a mis anchas toda la carrera. Pero, obviamente, mi función es la de echar una mano al equipo y que mis compañeros, que en principio tienen que estar por delante de mí, pues estén lo más arriba posible".

Acabamos. En Madrid, aún sin la arena, el polvo, las piedras que aguardan en la edición de ese Dakar que arranca el 5 de enero en Rosario y acaba el 18 en Valparaíso, con tres países (Argentina, Bolivia y Chile) en el menú. Hay otro catalán, como Vila, casi de su quinta, de nombre artístico Loquillo, que canta aquello de 'yo para ser feliz quiero un camión...' "Sí, escupir a los urbanos y a mi chica meter mano.... Es ídolo mío", tercia Vila, quien acto seguido nos reconoce ser "feliz" en la cabina del Iveco. "El Dakar es como si fueran mis vacaciones, una parte de mi vida. Estoy todo el año trabajando en el mundo del motor, con MotoGP y Land Rover, y esto es como un sueño. Poder hacer algo así, soltar adrenalina y es como digo yo estar un poco en el mundo de los vivos. Estar esforzándote por algo es un placer. Cada duna, cada curva, nosotros no sabemos lo que hay detrás de cada rasante, cada salto; pasamos una única vez y por ello esto del Dakar es un veneno que cuando te ha picado, no te suelta. Y, además, que un equipo de este nivel piense en ti pues siempre le viene bien a tu autoestima", concluye Vila. Feliz en su camión Iveco. Oliendo ya el Dakar.