Heroicidad de Jorge Lorenzo y al fin victoria de Rossi

Decía Lorenzo al acabar la carrera de Assen, la más dura que ha disputado en su vida, con una fractura de clavícula operada en Barcelona sólo 35 horas antes de que se apagaran las luces del semáforo, que él no es un héroe. "Héroes son los que llegan a fin de mes trabajando y a mí me pagan por hacer esto", esgrimía. Lo quiera o no el mallorquín, lo que ha hecho en el fin de semana holandés es una heroicidad. De otro modo no se explica que un quinto puesto tuviera tanto o más protagonismo incluso que la victoria más esperada de Rossi, la 106 de su carrera, la misma para la que tuvimos que esperar 45, desde Sepang 2010.

Aquel día malayo en el que ganó El Doctor, el gran protagonista fue el mallorquín, dado que se coronó por vez primera campeón del mundo de MotoGP y lo que ha hecho en Assen será tan recordado como cualquiera de sus títulos

El tetracampeón se rompió la clavícula izquierda el jueves en un espectacular vuelo a 224 por hora. Fue trasladado al hospital de Assen y allí mismo metió prisa para que le operaran con la intención de regresar al gran premio. Como no había quirófanos disponibles, se organizó todo para viajar a Barcelona y que el doctor Joaquín Rodríguez le sometiera a una intervención de dos a cuatro de la madrugada del viernes, en la que se le fijó la lesión con una placa y ocho tornillos. Al despertarse, Lorenzo puso en Twitter que se volvía para Assen y estaba de vuelta en el circuito a las seis y media de la tarde. Aún le quedaba pasar un reconocimiento médico en el circuito, que superó a primera hora de la mañana y en el que se le daba el OK para salir al warm up. En esa sesión de veinte minutos ya advirtió de sus intenciones, porque completó once vueltas, terminó octavo y buscó ritmo. Quedaba otro trámite médico previo a una carrera en la que salió duodécimo y asombró al mundo.

Resultó así de asombroso porque, si estar en pista con todo lo que había vivido ya era un milagro, acabar quinto en su estado y perder sólo dos puntos en la general con Pedrosa, que fue cuarto en uno de esos días peleado con la puesta a punto de una Honda sin agarre, fue la repanocha. Por ser finos

Los que mejor expresaron la admiración que merece una hazaña como la de Lorenzo fueron sus compañeros de profesión. "Es de sombrerazo lo que ha hecho. Yo, en su lugar, habría visto la carrera por la tele tumbado en el sofá", reconoció Rossi. Y Crutchlow, que le ganó a Dani la pelea por el tercero pero perdió con Márquez la del segundo, dijo: "Hubiera sido una vergüenza para mí terminar detrás de Jorge por cómo se encontraba y, cuando estaba detrás, he pensado en adelantarle con cuidado y eso me ha hecho perder tiempo".

El inglés, con más vueltas, habría podido atacar más veces a Márquez, que se divirtió mucho defendiendo la posición, sin importarle que su rival estuviera a punto de tocarle al empezar la última vuelta. Y al preguntarle luego a Marc, que finalmente salió sin infiltrarse las fracturas del meñique de la mano derecha y del pulgar del pie derecho, si le divertía más defenderse o atacar, contestó con una sonrisa de oreja a oreja que "¡Atacar, atacar, atacar!". Qué día más bueno...