Ferrari regresa al pasado y Fernando Alonso a los milagros

No había esas risas de otras veces en la comida de Ferrari. Un paso atrás. Ése es el resumen. O varios. Regreso al pasado, a esos momentos en los que el coche luchaba por entrar entre los diez primeros. Nada que ver con el principio de año cuando el F138 parecía un monoplaza construido, por fin, para ganar. Ese coche rojo volaba en carrera y estaba al nivel en calificación, pero intentando mejorar a una vuelta la cosa ha empeorado. Alonso ayer fue décimo (aunque saldrá noveno por una sanción a Di Resta al no cumplir su coche con el peso) y Massa, 12º (sale 11º) sin entrar en Q3, a más de un segundo de la pole de Hamilton, lejos de Vettel, tercero.

¿Por qué? Varias son las razones. Las evoluciones no han funcionado. Según informaciones de AS, el nuevo alerón delantero ha hecho que el agarre de esa zona sea mayor, ya que está más cerca del suelo, pero ha movido el reparto de carga y el coche se muestra muy nervioso, sobre todo de atrás. Las ruedas delanteras se calientan más que las traseras y es muy complicado de conducir. Hemos visto continuos contravolantes y derrapadas de Alonso.

Otra razón es que la temperatura baja de Silverstone no es ideal para un coche que funciona mejor con calor. También influye que Pirelli está eligiendo los compuestos más duros (aquí duro y medio por duro y blando en 2012) que van mejor a Mercedes y Red Bull, y peor a Ferrari y Lotus, pero quizá está justificado en un enfoque conservador. Y por supuesto que el ritmo de evoluciones de los rivales es mayor. Ahora Alonso, a remontar desde la novena plaza, necesita volver a hacer milagros. Como solía...