Joan Barreda aspira a los privilegios de Marc Coma

Nani Roma y Marc Coma eran grandes amigos. Profesor y alumno, presente y futuro en el Dakar, relación de campeón a campeón. Nani se marchó a los coches, cediéndole el testigo a Marc como su delfín en motos y no le defraudó. Tenían mucho en común, compartían entrenamientos, pasión, sueños... Aquellos amigos para siempre... Sin embargo, parece que nada es eterno. En su camino no se cruzó la rivalidad en las carreras, sino otro piloto al que Roma decidió ayudar: Joan Barreda. El chaval atrajo la atención del ganador en motos en 2004 y creyó que era de justicia echarle una mano, ayudarle a abrirse camino en un mundo tan complicado pero que él conocía bien, desde la perspectiva de tantos años de experiencia, algo valiosísimo en una competición desértica y que no se compra con dinero. El problema es que el talento del castellonense tampoco había pasado desapercibido para Coma, que empezó a ver a Barreda como un posible rival para las siguientes ediciones del Dakar, tras su excelente actuación en 2012. Así que no le gustó demasiado que su amigo del alma le traicionara con quien podría ser un temible contrincante en el futuro. Nani, lógicamente, lo veía de otro modo aunque la realidad es que su distanciamiento a lo largo de este año ha ido a más; ya se sabe, en juego están las victorias pero también los dineros, esos que tanto escasean en esta época convulsa y difícil... Así que Marc y Nani, Nani y Marc, ya no son los viejos amigos de antes. Guardan las apariencias y mantienen ese respeto entre deportistas que nunca debería faltar, pero se acabaron las risas, la complicidad y la colaboración. Ahora cada uno a lo suyo... y Roma también a lo de Barreda, de quien se ha convertido en su principal valedor y asesor.