Márquez mete miedo y Lorenzo, incertidumbre

Los entrenamientos de MotorLand podrían no servir de nada si, como se teme, hoy llega una bajada de temperatura de hasta diez grados y, lo que es peor, viene acompañada de un vendaval con rachas de viento de 70 km/h. Los equipos recibieron ayer una alerta amarilla en la zona de Alcañiz emitida por el Instituto Nacional de Meteorología, con la que se avisaba de la llegada de una tormenta para la noche de ayer, y de la temida ventolera. Sin duda, sería una auténtica faena para Márquez, que está arrasando en Moto2, pero quizá el clavo ardiendo al que agarrarse para Lorenzo, que sufrió mucho para ser cuarto, lejos de Stoner y su novena pole.

El mallorquín está instalado en una montaña rusa de sensaciones este año. Tan pronto se le ve invencible, como en Misano o Mugello, como derrotado antes de comenzar la carrera. Ya sucedió en Indianápolis y ahora sus declaraciones la víspera de Alcañiz suenan derrotistas... y reales.

El campeón siente que su Yamaha está dos pasos por detrás de la Honda, a la que ve traccionar, acelerar y volar mejor. Él es el primero que reconoce que lo que más le conviene es un río revuelto. Fue así como pescó la victoria en Jerez. Dicho de otro modo, espera más el fallo de Stoner, que estará acompañado en la primera fila por Pedrosa y Spies, que el acierto de su equipo y él mismo en los veinte minutos de pruebas que quedan en el warm up.

Así parece difícil que pueda recortar alguno de los 35 puntos que aún le saca Stoner, aunque en la calificación el australiano dio un ejemplo de que él también es humano y que puede fallar. Ocupando la pole con mucho margen, su ansia de superación le llevó a salirse de la pista bastante rápido y enfilar hacia un muro que esquivó al provocar él mismo la caída.

Mucho mejor es el panorama para Márquez, que también está por detrás en la general, pero en su caso los 23 puntos que le saca Bradl parecen más remontables. A él le convendría que el viento no la liara y, vista su superioridad y la debilidad del alemán (sólo pudo ser cuarto), mucho menos que se suspendiera la carrera por un vendaval. La última vez que ocurrió eso fue en Indianápolis 08, donde debió suspenderse MotoGP a mitad de carrera y se canceló Moto2. "No hay una velocidad tope de viento con la que se diga si correr es seguro o inseguro. El sentido común es el que dictamina si hay que suspender las carreras o se pueden hacer", asegura Javier Alonso, representante de Dorna en la Dirección de Carrera.

Una cancelación sí que sería un clavo ardiendo para Bradl, que no estuvo fino y sabe que, salvo que suceda algo extraño, aquí le volverá a batir Márquez y ojalá que con Simón entre medias, que regresó por sus fueros con un segundo puesto que no empañó una caída cuando intentaba pelear por la pole. "Caerme estando delante otra vez me ha sabido a gloria. Ahora, puedo asegurar que el que está a otro nivel es Márquez. No había manera de cogerle", aseguraba el toledano.