Uno de los lemas de Ferrari es el secretismo absoluto. A la nave donde se ensamblan y guardan los Fórmula 1 está prohibido el paso, y eso que sólo le separa una calle de donde se montan los coches de serie, en una espectacular construcción del arquitecto francés Jean Nouvel. Diseñada en parte sobre la estructura de la antigua cadena de montaje, los empleados gozan de un veinte por ciento de espacio más que en la anterior y no se trabaja con el estilo frenético de las grandes marcas de coches, sólo se fabrican 24 superdeportivos diarios.

En la planta baja se construyen los Ferrari V8, y en la superior, los V12. Sus motores se montan en el taller mecánico inaugurado en 2001, y obra también de otro famoso arquitecto, con la virtud de disipar el calor y abundancia de zonas verdes. Pasear por la mítica fábrica que fundara Enzo Ferrari se asemeja a hacerlo por un estudio de Hollywood, pero con los coches como protagonistas. Un mural con sus modelos está enfrente justo de la entrada a la fábrica donde se termina de montar el nuevo Ferrari de Alonso. En torno al Viale Enzo Ferrari, la calle central, se puede disfrutar con los nombres de las calles adyacentes, dedicadas a Mike Hawtorn, Kimi Raikkonen o Niki Lauda.

En el interior de la planta primero se montan motor y cambio sobre el chasis construido en la fábrica de Scaglietti, y después se ensambla con mimo el resto. En el parabrisas de cada coche se especifica todo lo que pide cada propietario, y, una vez terminado, el vehículo es probado en Fiorano.