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Fórmula 1 | GP de Japón

La presión llevó a Glock al hospital

Se estrelló en la calificación y no pudo correr por un corte en la pierna izquierda

Carlos Miquel
Actualizado a
<b>TIMO DIO EL SUSTO DE LA JORNADA</b> Cuando Glock fue evacuado en una camilla parecía que su accidente era más serio. Al final, quedó en un corte.

Los equipos de Fórmula 1 someten a sus pilotos a veces a una presión insoportable. Pese a su talento al volante, ante todo son personas y hay cosas con las que conviene no jugar cuando se van a sentar en un monoplaza. John Howett, el jefe del equipo Toyota, afirmó el viernes que no iba a ejercer la renovación automática de Timo Glock, pero que aún estaban abiertos a seguir con él. Es decir, quiere reducirle drásticamente el sueldo. Y añadió: "Va muy bien en carrera, pero ha sufrido bastante en calificación y eso muchas veces le ha lastrado". Máxima presión, y después de un gran segundo puesto en Singapur.

En el país de su escudería, y con Trulli en los primeros puestos de la Q2, el piloto alemán se extralimitó en su pilotaje, pisó demasiado el arcén exterior de la salida de la última chicane y se estrelló contra las protecciones en la entrada a meta de Suzuka. Después de diez minutos para sacarle, finalmente sólo se le detectó un corte profundo en la pierna y cierto dolor en la espalda.

En principio, se iba a decidir si corría o no el domingo por la mañana, pero llegó al hotel a las diez de la noche, hora nipona, y su aparatoso vendaje y sus muletas dejaban claro que, salvo cambio radical, no iba a hacerlo. Con su habitual buen humor, Glock afirmó nada más llegar a la gente de su equipo: "Estoy peor que ayer, peor que ayer". El viernes no pudo saltar a la pista porque tenía un fuerte resfriado y 39 grados de fiebre.

El otro damnificado del exceso de estrés de algunos pilotos fue Heikki Kovalainen, al filo de irse de la F-1. El piloto finlandés provocó la siguiente interrupción (tercera) de la calificación al estrellarse en la curva nueve.

En el caso de Toro Rosso, la presión era de resultados. Con una aerodinámica idéntica a la de los Red Bull del poleman Vettel, Franz Tost le pidió una Q3 a Buemi y la Q2 a Alguersuari. Jaime cumplió el objetivo (15º), pero cometió un error al salirse cuando iba a por su compañero. Se estrelló en la dichosa curva nueve y provocó la primera interrupción, aunque la lluvia de cinco sanciones posterior le llevó a la décima plaza en parrilla. Y el que fue un peligro público fue Buemi, que trompeó en la Q1 y se volvió a chocar cuando optaba a la Q2. Era décimo y fastidió la vuelta de Alonso, Button, Barrichello y Sutil, sancionados por no respetar la bandera amarilla.